Rezaban los carteles colocados en las puertas de los baños privados, de las dos habitaciones que tenía el cabaret “La Negra” de Puerto Santa Cruz, que era alquilado por Eduardo Navarro, imputado por la explotación económica del ejercicio de la prostitución. El ministerio público fiscal solicitó cuatro años de prisión y su defensa, la absolución.

Esta mañana se llevó adelante el juicio oral por la causa caratulada Navarro Eduardo Enrique s/explotación económica del ejercicio de la prostitución. El debate en la Cámara Oral fue presidido por el Dr. Joaquín Cabral. el Dr. Jorge Yance y el Dr. Carlos Enrique Arenillas. Asimismo, se encontraban presentes en representación del Ministerio Público Fiscal, el Dr. Iván Saldivia, en tanto que la defensoría de Navarro, está a cargo del Dr. Jorge Trevotich.

A la cámara sólo asistió una de las tres testigos citada para este martes, motivo por el cual se incorporó por lectura el testimonio de las mujeres ausentes, lo que hizo que el debate que tenía como acusado a este empleado de Servicios Públicos, sin antecedentes penales, de 40 años, fuera breve.

Según consta en la causa elevada por el Dr. Chan: “Entre abril del 2013 y junio de ese mismo año, Navarro había explotado económicamente el ejercicio de la prostitución de varias mujeres, en el interior del cabaret denominado “La Negra” sito en Av. Piedrabuena, de la localidad de Puerto Santa Cruz, del cual el imputado resultaba encargado”.

En este contexto, “el nombrado había percibido la suma previamente pactada por práctica sexual o “pase” que realizaban las mujeres en el interior del cabaret con los clientes. El resultado de la explotación económica, era en la mayoría de los casos entregada al imputado por parte de L.L., quien en su calidad de encargada cobraba y repartía el dinero, según correspondiera”.

Cabe acotar que de los distintos informes realizados por la División de Investigaciones de Delitos de Criminalidad Compleja, de los cuales emergen que en el interior del cabaret, se encontraban diez mujeres, dos de ellas en la barra, entre las cuales se pudo establecer por su tonalidad que procedían de Córdoba y otra de la República Dominicana.

Asimismo, en circunstancias que el personal policial realizaba tareas encubiertas en dicho local, se presenta un sujeto que en forma clara y en alto, manifestó “ - Cuanto cobran, dirigiéndose a las mujeres y contestando una de ellas, el completo está 400, la hora; la media hora 350 papi -”, y de allí se dirigen a la barra, donde el primero entrega a un sujeto, el imputado, una suma de dinero, entregándole una pulsera de color flúor a la mujer, que se lo coloca en la muñeca, realizando una anotación en el cuaderno, luego el sujeto mencionado en el primer término con la mujer de la pulsera, se dirigen a un sector, cuyo acceso está cubierto con una cortina, aproximadamente pasada una hora, salen ambos, el hombre se retira del local y la mujer permanece en el bar.

En los allanamientos realizados en el local “La Negra”, los cuales arrojaron resultados positivos, pueden señalarse el secuestro de dos listas de precios, identificados con las palabras “BARRA” y otro “CHICAS”. Éste último diferenciado con, media hora 300, una hora 500 y dormida 700. Además, se secuestraron dos cuadernos con diferentes anotaciones de las cuales emergen gran cantidad de nombres que dan cuenta de la rotación de diferentes mujeres y el dinero que cada una recibe por sus servicios.
También, los efectivos constataron que el cabaret se conecta mediante un pasillo con dos habitaciones, con una cama de dos plazas, un baño privado y un cartel en la puerta indicando “Preservativos y papeles tire en el tacho”.

De la declaración de una de las mujeres que trabajaba en el local, surge que “lo que se realiza en el bar, son copas, no pases, ya que estos se realizan en otros lugares, porque en el boliche ya no se puede, y a veces se van a casa de los clientes. Ellas cobran 300 y de esa suma, cincuenta queda en el boliche”. En tanto, otra de las testigos, manifestó que “cada chica que ahí trabaja, se lleva la plata que hace y que actualmente, había copas solamente”.

CONTRADICCIONES
Si bien, las declaraciones de las mujeres desmienten que se hayan efectuado pases, las intervenciones telefónicas efectuadas por la justicia revelaron una situación diferente, es decir el conocimiento por parte del imputado de que en el bar, se realizaban prácticas sexuales, pases, por lo que se cobraba o percibía una suma de dinero acordada previamente:
“_Vas a hacer un pase? Cerrá la puerta y atendelo ahí nomás-”
“- Cuantos pases hiciste?-”
“- Cómo laburaron ayer? -”
“_ Ah, bueno, ahí voy a descontar -”

Para la justicia, la conducta desplegada por Navarro, fue la de aprovechar económicamente el ejercicio de la prostitución de otro, lucrando por ello, toda vez que el mismo percibía dinero por cada práctica sexual que cada chica realizaba, cuyo monto estaba pactado previamente.

Por su parte, el acusado intentó desligarse del delito: “Nunca se hizo, como me acusan, prostitución. Algo que hacían desde antes, hacían copas solamente y estaba mi señora, me ayudaba porque por ahí. Quiero que se haga justicia. Yo tengo mi trabajo, mi familia, nunca tuve problemas con nadie, nunca caí preso”, añadiendo que “todo el negocio ahí, no se podía tocar nada, todos los papeles y todo eso, estaban desde antes, porque comercio no dejaba tocar nada”.

El fiscal Saldivia solicitó una pena de cuatro años, por entender que está comprobado el delito, en tanto que Trevotich solicitó al tribunal, la absolución de su defendido, por no contarse con las pruebas suficientes para sentenciar a Navarro.

Martes, 9 de abril de 2019