La Policía de la comisaría de Diadema Argentina secuestró 3 guanacos y 17 piezas de liebres faenadas que eran transportadas en una camioneta. Los cazadores llevaban tres armas largas y más de 33 municiones, sin documentación ni el permiso correspondiente de caza.

La Policía secuestró todo porque los cazadores no tenían permiso de caza ni para llevar las armas.
El domingo a las 16, tres efectivos policiales de la comisaría Diadema Argentina llevaron a cabo un procedimiento sobre ruta 39 a la altura de la denominada “Planchada”, a unos 8 kilómetros del barrio.

En medio del operativo, a cargo del cabo primero Juan Finoquetto, los policías interceptaron una camioneta Toyota Hilux azul en la cual circulaban dos personas mayores de edad, presuntamente cazadores.

En medio del control e identificación, los policías descubrieron que en la camioneta los hombres transportaban especies silvestres carneadas. Además de tres piezas de guanacos, conocida científicamente como “lama guanicoe”, los cazadores llevaban 17 piezas de liebres europeas.

La Policía secuestró la carne faenada, como así también las armas que llevaban consigo los cazadores: un pistolón antiguo con cacha de madera calibre 22 largo y dos rifles, uno marca “Browning” calibre 22 largo y el otro “Winchester” calibre 44.

Además se secuestraron elementos ligados a la causa como una lona verde, un bolso negro y una riñonera del mismo color. Entre las armas, los cazadores llevaban dos cuchillos utilizados para la faena, una caja de cartuchos a bala calibre 22, proyectiles encamisados punta hueca y una caja de municiones calibre 44. Además de un cartucho de escopeta anti tumulto FLB como los que utiliza la policía. En total eran 33 municiones.

El jefe de la comisaría Diadema, Jorge Guajardo, aclaró a Diario Patagónico que si bien la temporada de caza mayor y menor de aves y mamíferos se encuentra habilitada desde abril, de acuerdo a las disposiciones vigentes por parte de la Dirección de Fauna y Flora Silvestre los cazadores deben poseer el respectivo permiso expedido por dicha Dirección provincial; la autorización escrita del dueño del campo y la tenencia del arma actualizada.

En este caso, los cazadores no contaban con ninguno de esos requisitos, como tampoco con la acreditación respecto a la portación de las armas de gran poder de fuego, por lo que se labraron las actuaciones correspondientes dando intervención tanto a la Justicia ordinaria como a la Dirección de Fauna. (El Patagónico)

Martes, 5 de mayo de 2015