Según un estudio privado, el primer trimestre de 2015 cerró con sólo 1,6 millones de unidades producidas, un descenso del 48% contra los tres millones de dispositivos del mismo período del año pasado, según las cifras oficiales de la Aduana argentina. El problema vuelve a ser la falta de divisas para adquirir piezas con las que se hacen los equipos de las marcas.

Enrique Carrier, analista de mercado de telecomunicaciones, aseguró que las consecuencias afectan tanto a los trabajadores como a los consumidores. El titular de Carrier & Asociados destacó que se estima una pérdida de unos 3.000 puestos de trabajo por la falta de insumos, sobre todo aquellos trabajadores temporarios que no tuvieron una renovación del contrato.

El especialista proyectó que el año podría cerrar con una producción de 9,5 a 10 millones de unidades "si estas condiciones se mantienen". En todo 2014, se habían producido 9,4 millones de dispositivos móviles, y el descenso es mucho mayor contra las 13 millones de unidades de hace dos años. Las empresas Newsan, BGH y Brightstar son algunas de las afectadas bajo el paraguas de la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (Afarte).

La restricción de dólares para las compañías afecta también a los consumidores. Más allá de una inflación anual en torno al 30%, la falta de oferta hace que los equipos sean cada vez más caros en un contexto en el cual la demanda no se detiene. "El que tiene stock lo vende seguro. Todo lo que se produce en Tierra del Fuego va a consumo interno", aclaró Carrier.

Esta situación genera una brecha entre los dispositivos "made in Argentina" y los del exterior. "Esto es una invitación no sólo a la importación personal, sino también al contrabando", subrayó Carrier. Un equipo de alta gama de u$s500 en Estados Unidos es tres veces más caro en el país. "La demanda seguramente hubiese bajado por la situación macroeconómica, pero la oferta es tan baja que no ocurrió", agregó. (Actualidad RN)

Sábado, 9 de mayo de 2015