Enzo tiene 14 años y ya demostró su temple. Su capacidad de reacción ante el peligro y la fuerza de sus piernas le permitieron detener la caída del ascensor de la Torre 1 y salvar su vida, la de su hermana y la de dos amigos. "Lo único que pensé fue en abrir y tratar de pararlo con las piernas que es donde tengo más fuerza en todo el cuerpo", le dijo ayer a El Patagónico en un diálogo exclusivo.

Se lo ve tranquilo y ayer lo contenían sus seres queridos, mientras descansaba en su casa del barrio La Floresta. Estaba con un grupo de amigos entre los cuales se encontraba Ariel, quien también vivió el sábado por la tarde el dramático episodio en la Torre 1 del complejo habitacional situado sobre la avenida Ducos.
Los adolescentes jugaban al Magic, un juego de cartas que representa una batalla entre poderosos magos y donde los jugadores pueden usar hechizos para derrotar a sus oponentes. En el comedor del hogar, Enzo detuvo la partida para recibir a El Patagónico y revivir aquel momento en que se recibió de héroe.
El chico cursa el tercer año del Colegio Biología Marina y el sábado salía de la casa que posee su familia en el piso 14 de la mencionada torre, donde había pasado la noche junto a su hermana Lucía (15), y sus amigos Ariel (15) y Ezequiel (17). Su madre, Margarita Melo, los esperaba abajo.
"Subimos los cuatro, cerramos la puerta externa de madera, no cerramos la reja ni apretamos ningún botón, y el ascensor se empezó a caer. Ya en el piso 10, mi hermana estaba gritando; él (por Ariel) no sabía qué hacer y el otro chico tampoco", contó Enzo.
"Se me ocurrió poner las manos apoyadas en la pared de atrás y tratar de parar el ascensor con las piernas en el escalón del piso 10", prosiguió. En ese primer intento el joven no pudo conseguir su propósito y el elevador “me arrastró y me levantó un metro y algo y después me soltó”.
Sus acompañantes pensaron que Enzo se había fracturado, pero “no me había pasado nada en ese momento; me paré e intenté otra vez”.
Mientras caía, el ascensor se detuvo unos segundos en el piso 9, donde la hermana de Enzo alcanzó a abrir la puerta. Ya en el piso 6, "cuando volvió a parar, abrí la puerta lo más rápido que pude, salí y dejé las piernas abajo del ascensor para que parara en el piso 5 y ahí bajaron ellos. Luego, lo solté y cayó".
INSTINTO DE SUPERVIVENCIA
El chico que jugó al rugby en Deportivo Portugués descendió finalmente por el piso 5. "No se me ocurrió nada más porque nunca me había pasado algo así. Lo único que pensé fue en abrir y tratar de pararlo con las piernas que es donde tengo más fuerza en todo el cuerpo".
Entonces, "salí afuera, lo intenté trabar y pude. Si estaba un ratito más así, podía haber perdido las piernas", reconoce 48 horas después de la arriesgada acción que improvisó en el momento más dramático de su corta vida. Estuvo varios minutos sólo en el piso 6, "donde tuve que hacer más fuerza debido a que había quedado muy cerca de la puerta y se podía caer".
Por lo tanto, "me tuve que levantar con los brazos y arrastrarme hasta una pared cercana. Después llegaron ellos, los vecinos y al rato los servicios de emergencia. Si no habría otra, lo haría de vuelta”, se animó a asegurar el adolescente.
El mismo sábado Enzo no pudo caminar por el resto de la jornada y ya el domingo "me comencé a sentir mejor". Ayer concurrió a una clínica privada donde le revisaron la profunda herida que sufrió en una de sus piernas. Hoy tiene otro turno.
"No tuve ninguna fisura ni nada de eso, pero estuve bastante cerca del corte que me pasó cuando paré el ascensor; me llegó hasta el hueso y ya me lo había empezado a cortar. Justo alcancé a sacar la pierna antes que me pasara eso”, indicó.
Enzo sentenció que “no me acuerdo muy bien. Fue como que en ese momento cerré los ojos y los abrí cuando ellos ya habían salido. Yo ya estaba en el piso y fue algo de instinto".
Al término de la entrevista, el joven que es hijo de un policía tomó sus cartas y siguió compartiendo el juego con sus amigos. (El patagónico)

Martes, 28 de julio de 2015