Ya tenemos, mis queridos lectores, todas las autoridades que asumirán el próximo 10 de diciembre, luego de bancarnos, no sólo las larguísimas campañas sino todas las declaraciones, todas las quejas, todas las propuestas de parte de...

...ignotos candidatos que ni siquiera sus familias los votaron, hasta de aquellos que en toda la argentina un alto porcentaje de la ciudadanía los votó para algún cargo.
Como decía, ya los tenemos a todos, en el nivel de nuestra ciudad, en el de la provincia y en el cargo de presidente de la nación. Ahora nos toca no sólo esperar hasta el 10 sino convivir con los gestos, las actitudes y las declaraciones de los funcionarios que harán entrega de sus cargos y de aquellos que los recibirán, cosa que para todo humilde periodista es un período importante, lleno de cosas para analizar, de hechos para contar y situaciones para criticar.
En Río Gallegos, el actual intendente Pablo Grasso ha dado sobradas muestras de comenzar la transición y la entrega de la municipalidad al electo Roberto Giubetich, toda vez que lo recibió en su despacho a muy pocas horas de conocerse los resultados provisorios de las elecciones, explicó suficientemente las obras y los proyectos que se iniciaron y en muchos casos finalizados, al igual que puso en claro a través de los medios de comunicación, la forma de utilizar eficientemente los fondos que se poseían para la gran cantidad de obras que se realizaron y la seguridad de no dejar deudas pendientes al intendente entrante.
A pocos días de la entrega de la municipalidad a una nueva gestión se observó a los funcionarios salientes junto a los entrantes y al propio Giubetich mantenerse continuamente al tanto de la situación financiera y económica que recibirá, toda vez que lo único que manifestara en los medios es la prioridad de su gobierno en el pago del sueldo de diciembre y el aguinaldo para los empleados municipales, como si esto fuera realmente una prioridad y no los vecinos. Bueno, esto esperamos que cambie a través del tiempo, toda vez que el intendente electo conoce y vivió muy de cerca los trabajos y la situación en la que se encuentran cada uno de los sectores municipales, no sólo por haber sido funcionario durante más de ocho años, sino también por su gran acercamiento al sindicato de empleados del municipio.
Hasta ahora, en el nivel de gobierno del que hablamos no existen demasiados hechos para analizar, aunque tampoco existen en la entrega y recepción del Concejo Deliberante, del gobierno provincial ni del nacional, a pesar que las redes sociales abundan en expresiones detractoras desde uno y otro lado de las ideologías.
Por lo visto, los hechos importantes se van a dar a partir del 10 de diciembre, y las nuevas autoridades se van a enfrentar a un gran e importante mito de todo gobierno, como es el de los “primeros cien días”, primeros cien días de gobierno que marcarán sin lugar a dudas, una impronta que se mantendrá a través del resto de las gestiones. Veremos, analizaremos, criticaremos todas las actitudes de los primeros cien días de nuestra "muni", del Concejo Deliberante, de la Provincia y la Nación, y luego podremos decir que el mito del que nos ocupamos es verdadero o falso, si este mito marca o no una tendencia de gestión, si son o no importantes todas las declaraciones y gestiones que se realicen en este tiempo o si realmente se trata de un mito que no nos sirve para nada.
Por último, no esperen mis queridos lectores un análisis destructivo para un gobierno como lo hicieran algunos medios locales apocalípticos, sino un relato objetivo de acciones gubernamentales vistas de un lado crítico, como estoy acostumbrado a escribir quizás humildemente imbuido de la esencia periodística.
Esperando que sigan viviendo en tranquilidad esta transición gubernamental, me despido de todos ustedes hasta la próxima entrega.


Lunes, 30 de noviembre de 2015