En la tarde de ayer, en el la Escuela de Policía (Instituto de Formación Policial) se realizó la comunión y confirmación de los cadetes que así lo decidieron. Su director señaló a los presentes que la escuela tiene siempre “las puertas abiertas” para la comunidad.

Ayer, en las instalaciones de la Escuela de Policía se celebró una misa en donde alrededor de 20 cadetes tomaron el sacramento de la comunión y la confirmación por voluntad propia.
El director de esa institución, destinada a la formación policial, el Comisario General Alfredo Herrera resaltó ante las familias y cadetes presentes que “la Escuela de Policía tiene diversas actividades y los tiempos hay que adecuarlos, inclusive los cadetes que hoy tomaron la comunión, lo hicieron por su propia elección porque esta institución tiene las puertas abiertas para todo tipo de religión”.
Y agregó: “La decisión de estos jóvenes fue plena y convencidos de lo que hacían. Como dijo el padre, la fe mueve montañas y la fe que tuvieron ellos fue por su propia decisión. Espero que en el futuro, todo lo que aprendieron en la fe católica les sirva para madurar, crecer y brindar a la sociedad todo lo que ella nos da. Espero que sean hombres y mujeres de bien, con errores y aciertos porque en la vida no es todo fácil, hay un largo camino por delante. Como alumnos de segundo año, espero que aprovechen todo lo que nosotros desde acá les podemos dar, no solamente en la capacitación espiritual, sino también la ayuda de la familia que ha confiado en todo el personal del Instituto y en el esfuerzo que han puesto, convencidos de que somos servidores públicos y que la sociedad nos está demandando un servicio”.
Los catequistas que acompañaron a estos jóvenes durante la enseñanza de la catequesis también brindaron tras finalizar el oficio religioso: “No queríamos dejar de agradecer a la Escuela que nos abrió las puertas. Teníamos hace mucho tiempo ganas pero no teníamos un cura que nos acompañe, hasta que encontramos al padre Manuel quien accedió y al señor López quien nos atendió muy amablemente y así poder comenzar a impartir el catecismo”.
Finalmente, la catequista se dirigió a los familiares de los cadetes: “Yo quiero decir que tienen excelentes hijos. Uno se encariñó y vivió muchas cosas con ellos, así que gracias por compartirlos, los queremos mucho porque a causa de las diferencias, también crecemos, y saben que siempre cuentan con nosotros”.


Sábado, 5 de diciembre de 2015