En el marco del izamiento, bajo el lema de “Bienaventurados”, haciéndose eco de la próxima jornada mundial de la Juventud del Papa Francisco, 210 jóvenes estuvieron presentes para la clausura de la 9º Misión Juvenil Diocesana que organizó la Diócesis de Santa Cruz y Tierra del Fuego. TNRíoGallegos dialogó con Monseñor Miguel Angel D’Aniballe, que también se encontraba presente y dijo entre otras cosas: “Hace una semana que estos chicos no tienen internet, no tienen celular, se acuestan tardísimo y se levantan temprano y son felices, porque la felicidad pasa también por hacer el bien a los otros.

Alrededor de sesenta personas estuvieron a cargo de la logística para la movilización de más de 200 jóvenes que participaron de Misión Juvenil Diocesana, que se ocuparon de la logística. El acompañamiento permanente del Obispo, sacerdotes y más de 20 religiosas.
En esta oportunidad, la Misión Juvenil Diocesana misionó en cinco barrios, los más periféricos de la ciudad de Río Gallegos: Los Lolos, San Benito, Virgen del Valle, Laurita Vicuña y la zona del asentamiento Barrios Madres a la Lucha durante toda la semana.
Monseñor Miguel Angel D’Aniballe expresó a los medios presentes:”Estamos muy contentos, por la presencia de más de 200 jóvenes, provenientes de las dos provincias que abarca la Diócesis, felices y contentos. Con una tarea más que importante, como es la de recorrer los barrios”, y señaló: “Yo mismo recorrí con ellos, y pudimos conocer situaciones difíciles que los jóvenes han encontrado, a bendecir casas, a escuchar a las familias, a compartir alegrías y asombrarse. Porque los católicos también salimos a la calle a visitarlos, muchas veces no estamos acostumbrados, pero me alegra que todos hagamos la misión. Hoy es el cierre, con una misa a la hora 20, pero si continúa el viento se hará el Gimnasio María Auxiliadora”.
Al ser consultado por la respuesta de los vecinos visitados, el Obispo señaló: “Mucha alegría de la gente por recibirlos, y la conexión con la fe. A mí me tocó visitar dos familias salteñas y paraguayas que al ver a los chicos que los visitaban, se conectaban fuertemente, porque habían sido misioneros cuando eran jóvenes y es interesante que se vuelvan a conectar ese valor espiritual. Insisto, si estos jóvenes logran los valore espirituales profundos de la gente, vamos a tener mejores personas, mejores familias, vamos a entender mejor a los chicos”.
Para el Obispo: “Con esto hemos recuperado gente, familias, también situaciones difíciles. Hemos visitado a la familia de las personas que sufrieron el accidente en Puerto Deseado, en la Ruta Nacional Nº3. Me parece, que esta conexión de ver un misionero que te traiga a Jesús, te hace recuperar cosas que tenés adentro y que son verdad y que es importante que las tengamos en el corazón, y desde ahí trabajamos todas las cosas que tenemos que trabajar, para hacer el bien”.

D’Aniballe destacó la participación de vidas consagradas: “Se enteraron de esto y quisieron venir. Hay tres hermanas que vinieron de Córdoba, tres de Buenos Aires, es decir que hay hermanas que están viendo que acá hay muchas chicas y chicos, a las cuales se les puede hacer una propuesta vocacional que a lo mejor acepten como camino de vida. Esta presencia de consagrados habla del compromiso con los jóvenes”.
Monseñor aprovecho su presencia en el Izamiento dominical para consultarle acerca de la situación de la Municipalidad al Intendente Giubetich: “Me dijo que había arreglado el tema de los sueldos, pero que tenía unas personas que estaban reclamando fuera del municipio, pero que vería como lo iba a solucionar”. Además, indicó: “Trato de interiorizarme de lo que sucede, cual es el motivo y cuál es la solución viable, y cada vez que visito, me interiorizo, a pesar de que a veces la solución no está directamente en mis manos”.


Domingo, 10 de enero de 2016