Este título, puesto en canción, es sin duda importante y denota una unión entre los trabajadores más allá de las ideas que podamos tener de la parte patronal, y aquellos que vivimos desde hace tiempo la realidad de nuestra ciudad, nuestra provincia y nuestra nación no podemos ni alejarnos ni dejar de apoyar todo reclamo sindical que ayude al bienestar de los afiliados y a los trabajadores en general, máxime cuando se trata de mejoras salariales que mejorarán la calidad de vida de muchos ciudadanos.

A pesar de lo dicho, desde estas líneas siempre hemos repudiado los actos de violencia que han sucedido en varios de estos reclamos, toda vez que es imposible de pensar que para lograr un aumento o un mejor bienestar se deban incendiar camionetas, edificios y cubiertas, como tampoco dañar bienes o agredir a los vecinos.
Algo que todos recordamos por la graves consecuencias causadas, son los agresivos actos cometidos por los afiliados al SOEM hace muy pocos meses atrás, donde no sólo se dañaron gravemente los vehículos municipales, sino también se hicieron desaparecer partes de maquinarias, vestimenta y repuestos, como igualmente se desparramó en casi toda la ciudad los residuos domiciliarios, se agredió a vecinos que pensaban distinto, se llenaron las cloacas con bolsas de arena, se perjudicó a una gran parte de estudiantes que asistían a los colegios céntricos, se “escrachó” a funcionarios, se tiró basura en sus casas y en muchas otras particulares, en fin, una gran serie de actos vandálicos que provocó la declaración de una emergencia sanitaria no propia de una ciudad con empleados municipales con este nivel de agresión. Vale aclarar que todos estos actos totalmente repudiables fueron incentivados por el secretario general del gremio y otros delegados tristemente conocidos en la organización, y lamentablemente seguidos por una patota violenta que eran los ejecutantes de tan repudiables trabajos y mano de obras más barata.
Así las cosas, las patotas de este gremio continuaron con las agresiones físicas a empleados municipales, a funcionarios y a vecinos en general, hecho que nos queda en el recuerdo y que será muy difícil de olvidar. Y es justamente por ello, porque será muy difícil de olvidar, es que en la actualidad, cuando todo el resto de los gremios ya tiene un plan de lucha para sus reclamos y los está llevando adelante, el gremio SOEM está notablemente narcotizado, sin respuesta, laxo, abúlico y despreocupado de las mejoras salariales de su sector.
También se han olvidado de la solidaridad hacia los trabajadores de otros gremios y no han realizado siquiera una comunicación en apoyo a ADOSAC, CTA o ATE, y todo ello junto denota que no desean mejorar sus salarios, no desean seguir reclamando sus derechos, no desean enfrentarse a la patronal, que por otra parte parece que los tiene coptados, dirigidos y sumisos ante cada una de sus decisiones.
Lo que expusieron del resultado de la última reunión paritaria es sólo un ejemplo. Estaban preocupados porque lo que le debía la municipalidad suma en todo concepto alrededor de dos millones de pesos y Mansilla lo decía como si fuera un monto exagerado, sin tener en cuenta ni querer decir que esa suma se trata casi de la mitad que la municipalidad recauda en un solo día. Si, en un sólo día que las oficinas de pago están abiertas, los vecinos abonan casi tres millones de pesos en total.
Bueno, mis queridos lectores, no deseo hacer leña del árbol caído, como está caído el gremio del SOEM, pero muchas veces es importante recordar que el año pasado el gremio municipal fue el más agresivo y violento, mientras que este año es el más callado, el más tímido, el más despreocupado, hasta llegar a pensar que no están viviendo en un país que se devaluó más del 60 % en los últimos tres meses y los salarios no son lo más importante para los trabajadores.
Hasta la próxima, nos vemos muy pronto.


Sábado, 12 de marzo de 2016