Marcelo Huenumil no aceptó la decisión de Romina de separarse, la mató de doce puñaladas, la herida mortal fue la que le provocó en el cuello y para ocultar el crimen incendio la casa. La jueza Valeria López Lestón calificó la conducta del violento como: “Homicidio doblemente agravado por el vinculo y por mediar violencia de género y daño, en concurso real”.

Marcelo, no aceptó la decisión de Romina de separarse y la mató de doce puñaladas mediante la utilización de un cuchillo y le provocó dos lesiones en la región del cuello en carótida derecha y la tráquea, dos punzo cortante en el abdomen, una punzo cortante en región lumbar izquierda, otras en región clavicular derecha y del hombro derecho. Pero además el cuerpo de Romina presentaba un hematoma en la rodilla derecha producto de un golpe con un elemento contundente. Heridas que le provocaron un shock hipovolemico y su deceso en forma inmediata.
Luego de cometer el aberrante crimen, Marcelo intentó ocultar el hecho incendiando la casa de Romina, ubicada en las calles 1 y 10 del Barrio San Benito, ubicado en la periferia de la ciudad de Río Gallegos. Para luego huir con su hija en el auto de la joven.
El asesinato de Romina es Femicidio y así lo entendió la jueza Valeria López Lestón, quien instruye la causa y calificó la conducta de Huenumil como: “Homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género y daño en concurso real (Art. 55, 79, 80, inciso 1 y 11 del Código Penal). El hecho es doblemente calificado, porque eran pareja y el artículo 80, inciso 11 porque la víctima era una mujer y el victimario, un hombre. Existió una planificación previa al hecho, lo cual quedó demostrado cuando Huenumil ocultó el crimen al provocar, de forma intencional, el incendio de la vivienda. Ahora la letrada tiene un plazo de diez días hábiles para definir la situación procesal del violento.


Viernes, 14 de octubre de 2016