Tal y como estaba previsto, una importante cantidad de precipitaciones pluviales que desde anoche asedian la ciudad de Río Gallegos, generó caos, familias evacuadas, autos sumergidos, calles imposibles de transitar, pero sobre todo dejó develada la incapacidad de la municipalidad, a la hora de enfrentar situaciones de emergencia.

Esta mañana, al aproximarse a la calle Perón y Méjico y ver un conductor tratando de salir de un vehículo, del cual el agua se apoderó, y terminar siendo auxiliado por un otros vecinos. Una calle más adelante, esquina Brasil observar a una mujer, en medio de la avenida Perón, con el agua hasta las rodillas exigiendo que los vehículos no transitaran para que el agua no ingresara más al interior de su vivienda, fue la punta del iceberg de la situación de caos por la que atravesó esta ciudad.
Esta y otras tantas situaciones se generaron desde las primeras horas de esta mañana y afectaron a un sinnúmero de vecinos, a causa de las inclemencias del tiempo. Una aseveración que no alcanza a definir lo vivido por cientos de ciudadanos, sobre todo teniendo en cuenta que lo ocurrido ya había sido anticipado por el SMN, y corroborado por entes provinciales, quienes alertaron al ejecutivo municipal de la probabilidad de un alerta meteorológico, a la cual no se le dio la debida atención.
Mientras los diarios informábamos sobre el pedido de renuncia del intendente a sus cargos políticos para evaluarlos, ese mismo jueves ya el ejecutivo municipal conocía de la catástrofe que se avecinaba, surge el interrogante de por qué no se tomaron los recaudos para que Río Gallegos no se convierta en el escenario caótico que fue tornándose a medida que transcurrían las horas.
Peor aún, conociendo la magnitud del fenómeno climatológico, ni siquiera los empleados municipales conocían lo que se esperaba para este fin de semana, ya que sólo se les había indicado que dejaran sus celulares encendidos, pero sin advertir lo que estaba por suceder, algo casi imperdonable.
Esta mañana se vivieron situaciones de todo tipo, algunas plenas de imprudencia, por no existir un trabajo acorde de la municipalidad y es que hubo conductores que con tal de evitar la acumulación de agua, tomaban arterias en contramano, algunas cuatro por cuatro se subían a la acera a alta velocidad, sin pensar que podría haber un transeúnte intentando cruzar la calle. Todos actos que probablemente se hubiesen podido evitar, si hubiésemos tenido la presencia del personal municipal en las calles, dispuestos por intendente.
Por el contrario, móviles de SPSE, Bomberos y hasta el IDUV, desde temprano recorrían los distintos sectores de la ciudad para auxiliar y trabajar en los numerosos barrios que se vieron afectados.
En las primeras horas de la tarde se supo que al menos treinta viviendas se encontraban inundadas, pero lamentablemente la cantidad de casas se habrá incrementado con el tiempo y que no se revertirá hasta tanto no se termine de disipar la nubosidad.
Siempre existen imprevistos y a la hora de dar explicaciones se habla de algo eventual, característica difícil de aplicar en este caso, cuando el intendente ya conocía lo que iba a suceder.


Sábado, 31 de diciembre de 2016