Según el último informe de Barómetro de Deuda Social de la Infancia de la Universidad Católica Argentina, a fines de 2017 la pobreza alcanzó a casi la mitad de los niños que viven en el país . El estudio sostiene, además, que esta se acrecentarían este semestre a causa de la devaluación, la inflación, los tarifazos y la caída del salario real.
La medición de la Casa de Altos Estudios arroja que en 2017 el 48,1% de niños, niñas y adolescentes son pobres y en el interior de ese grupo se estima a un 10,2 % en situación de indigencia. En cuanto a la distribución geográfica, en el Conurbano bonaerense mostró el mayor índice ya que la pobreza alcanza al 54,2 % de los niños.
En tanto, se observa un déficit alimentario de 17,6% (chicos que no comieron correctamente) y 8,5 % en su nivel más grave, es decir hambre. Además, se detectó que de ese universo de niños un 33,8 % asiste a comedores escolares, siendo nuevamente el Gran Buenos Aires el espacio con mayor cobertura alimentaria directa con 37,7 %.
Otros números que preocupan son que la precariedad en la construcción de la vivienda afectó en 2017 a casi el 25 % de la infancia, la situación de hacinamiento al 22,5 %, y las carencias en el espacio del saneamiento al 46,2 por ciento.
Además, el relevamiento indica que el 52,7 % de la infancia en la Argentina tiene como única opción para la atención de su salud el servicio público, que absorbe al 80,9 % de los chicos en el estrato más bajo.
En cuanto a otras carencias, se detectó que el 48,9 % de los chicos en la escuela primaria carecen de ofertas en el espacio de las nuevas tecnologías y un estudiante de escuela estatal tiene 3,5 veces menos chances de acceder a esta oferta que pares en escuelas de gestión privada.