La semana pasada se produjo un nuevo hecho de inseguridad en la ciudad, cuando una mujer mayor de edad ingresó armada con un cuchillo a un kiosko ubicado en la calle Zapiola, amenazó a la persona que se encontraba atendiendo y robó lo recaudado. Cuando se le consultó a los trabajadores del lugar si había cámaras de seguridad en la zona que hayan registrado el hecho, indicaron que existen pero que nunca han funcionado. Un dato a tener en cuenta es que a pocos metros de donde sucedió el robo, se encuentra la Comisaría Segunda.
Meses atrás desde el Concejo Deliberante se elevó una iniciativa sobre las cámaras de seguridad. El proyecto de ordenanza ponía a los dispositivos de grabación como uno de los requisitos a la hora de habilitar un local comercial. Si bien se planteó desde un principio que sólo afectara a los comercios que nuevos, la idea era que con el pasar del tiempo los ya existentes vayan regularizando su situación y agregándolas.
Por otra parte, en el marco general de la situación de Río Gallegos, un artículo periodístico detalló en el mes de febrero que en total había 56 cámaras de seguridad instaladas en la ciudad, pero remarcaba que sólo funcionaba la mitad de ellas.