A las 01:30, los familiares pudieron tener la certeza de que el cuerpo hallado en la Zona de la Lobería era de Rita Bejarano, la maestra que había desaparecido hace 17 días.

Aún no se había dado la orden desde la Justicia para el reconocimiento del cadáver, que estaba dentro de la morgue judicial, en el Hospital Zonal. Los hijos y hermanos de la mujer esperaron largas horas, desde las 18:00 horas, para dar con la confirmación.

Fue tanta la espera y angustia que un grupo de diez familias se dirigió hacia la Seccional Tercera para reclamar la urgente identificación del cuerpo. Apenas conocida la noticia del hallazgo en la costa, a 35 kilometros al sur, en las redes sociales ya habían manifestado frases de pésames a las familias, pero mientras, ellos estaban todos en el Hospital, sin saber certeramente de quièn era el cuerpo.

Finalmente, las autoridades policiales accedieron al pedido de los familiares y entonces enviaron una comitiva compuesta por un oficial y tres suboficiales para que acompañasen a uno de los hijos, Matías, y a Diego, uno de los hermanos, para que ingresen a la morgue y observen el cuerpo.

En menos de cinco minutos la reconocieron. Era ella. La misma ropa, el porte, parte del cuerpo irreconocible por el tiempo transcurrido, con el rostro hinchado por la descomposición natural. Era ella. Sin dudas.

Con esa fatal certeza salieron de la morgue y lo comunicaron a los familiares y amigos que estaban en el hall de la guardia y en la vereda lateral del nosocomio zonal. Y ya en la madrugada, todos los presentes se abrazaron largamente para soportar la verdad. (La vanguardia del sur)

Martes, 11 de noviembre de 2014