Rio Gallegos - Santa Cruz. 7 de Mayo del 2024
COLUMNA EDITORIAL

UN APLAUSO PARA EL ASADOR

Seguramente no nos encontramos en los siete años de vacas flacas como tampoco en los años de vacas gordas, sino que creo que las vacas en que nos encontramos están a dieta aunque no del todo flacas. Por ese motivo que todavía nos quedan muchas...



...de las costumbres de antaño, como son los asados para toda la familia, sea lo grande o pequeña que sea.
Para estos asados es realmente necesario que cada uno de los integrantes de la familia aporten haciendo una “vaquita” para hacer frente a todos los gastos que son muchos para un asado para 20 o 25 personas. Insisto, es necesario que todos aporten y no que uno sólo, como lo hacía hace varios años, diciendo: “dejen, yo compro la carne”, ya eso no se hace más porque realmente no se puede.
Una vez que se juntó el dinero se sale a comprar la carne, el carbón, el chimichurri, los chorizos, la morcilla y todo lo que nos guste. Hecho esto, se llegaba a la casa anfitriona, se prendía el fuego y se comenzaba a hacer el asado con mucho cariño. Simultáneamente se movía todo el ejército de mujeres y niños, unas haciendo las ensaladas, otros yendo a comprar el pan y otros arreglando, limpiando y poniendo la mesa con la mejor vajilla que ese tipo de eventos amerita. En fin, todos, sí, todos los comensales ponían algo de ellos para que el asado sea el mejor que se comió en los últimos tiempos, con cariño, con esmero, con responsabilidad, con esfuerzo.
Una vez sentados todos a la mesa familiar, cómodos y sin faltar ni el chimichurri ni las ensaladas, se ponen a comer alegremente, hasta el momento que uno pide “un aplauso para el asador” y todos aplauden. Pero ese aplauso seguramente no es sólo para el que hizo el asado, ese aplauso va mucho más allá, es para cada uno de los que hicieron algo para que en la mesa no falte nada, para que todos estén cómodos y contentos, y es sin duda aplaudir a uno para aplaudir a todos, y en ese aplauso también está el reconocimiento para la familia y sus integrantes que desearon que sea la mejor mesa de comensales.
Bueno, amigos, aquí sí les pido un esfuerzo, y es el de imaginar esta situación y trasladarla a otra, como es la situación de vivir en una ciudad limpia y ordenada. El que hace el asado quizás es el que dispone una limpieza y desea que se llegue a buen término con los trabajos, pero los que colaboran, los que limpian, recogen la basura, ordenan su patio o jardín y se desprenden de los desperdicios como debe ser, son los personajes quizás más importantes que el que creyó conveniente limpiar. Cuando se empezó a realizar un plan para dejar limpia una localidad, todos son necesariamente indispensables, ya que no unirse a este plan indica que algo no va a quedar en su lugar y ello no es el fin de los trabajos. Por supuesto que van a existir personas que trabajaron más que otras, ya que no todos tienen las mismas responsabilidades y roles que cumplir, pero no significa que su trabajo sea de menor o mayor categoría que el resto. Cuando se hacen estos trabajos de sanear la ciudad son importantes los empleados municipales, pero también son muy importantes los integrantes de alguna ONG, militantes de distintos partidos políticos, como también los vecinos sin distinción de edades ni grupos sociales, ya que un abuelo no puede levantar una bolsa pesada pero sí barrer y colaborar para que los niños levanten los objetos más livianos y junto al resto de la familia llenen las bolsas de residuos. En fin, si sigo con esta analogía seguramente voy a encontrar muchos más puntos en común, pero un último análisis corresponden a esta altura.
A la finalización de los trabajos de limpieza y observar sus resultados, sería muy lindo que alguien pidiera “un aplauso para el asador”, pero toda vez que entendamos que ese aplauso no es solamente para el asador, es decir para el jefe del operativo, sino para todos y cada uno de nosotros que de alguna manera colaboramos para llegar a tener una ciudad limpia y ordenada, sean empleados públicos, privados, jóvenes, niños, adultos o de la tercera edad. Desearía poder aplaudir a todos los vecinos, porque ellos serían los verdaderos artífices de la preocupación para llegar a tener una ciudad saneada y pulcra. Seguramente todos aplaudiremos al observar los resultados de una mejora en la calidad de vida de todos, y ese aplauso será sin duda de felicitación al vecino riogalleguense.
Digo seguro porque así lo están demostrando los vecinos con sus acciones y sus comentarios a través de las redes sociales, lo que por otra parte me llena de orgullo tener unos vecinos así.
Hasta otra oportunidad mis amigos. Nos vemos muy pronto.


Viernes, 7 de agosto de 2015


 
 


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