Un gran desplazamiento de efectivos policiales se produjo a mediodía de ayer en una zona del barrio Bicentenario zona baja de esta ciudad.

Por lo cual generó preocupación entre los vecinos que alertaron a medios de comunicación. Pudo constatarse que el mismo respondía a una orden judicial de desalojo contra una familia que reside en una vivienda ubicada en la esquina de las calles Portugal y 8 de Marzo.

La misma es ocupada actualmente por Cristian Loi y su pareja Jorgelina Reicer junto a las dos hijas de esta última de 13 y 15 años y una nieta de 8 meses.

La justicia libró la orden de desalojo evaluando que la propiedad del terreno, en el que la pareja construyó su vivienda, está a nombre de Loi y su ex mujer Andrea Olivera, junto a quien tuvo dos niñas.

Olivera exige que su ex esposo y la actual mujer se retiren del lugar y dejen la vivienda para ella y sus dos hijas de 6 y 4 años, ya que hace alrededor de tres semanas permanece en una sala de pediatría del Hospital Zonal junto a las pequeñas, aduciendo que no tiene donde vivir.

La mujer además tuvo una hija junto a otro hombre y, aparentemente, tras mantener una discusión abandonó la casa que ambos ocupaban junto a las tres niñas y quedó en “situación de calle”.

En el lugar se hizo presente un oficial de Justicia y al menos ocho efectivos policiales, alrededor de las 13:00, generándose una gran tensión social.

Pese a ser notificado formalmente, Loi aseguraba que no abandonaría la casa porque no tenía a donde ir junto a su nueva pareja y las tres menores de edad.

Además manifestaron que si bien el terreno se encuentra a su nombre y de Andrea Olivera, la vivienda la edificó él solo, sin ayuda de la misma y consideraba injusto que lo obligaran a entregársela a su ex pareja.

También aseguró que todos los meses le entrega la cuota alimentaria a Olivera para que mantenga a sus hijas e incluso se ofreció a pagarle un alquiler para que vivieran pero ella no aceptó.

“Mi ex pareja trabaja en los planes sociales y cobra 8 mil pesos por mes y sumado a lo que yo le doy por las dos nenas le alcanza tranquilamente para pagar un alquiler, pero está ensañada con quedarse con mi casa”, manifestó.

Por su parte, Jorgelina Reicer comentó que “nosotros no tenemos a donde ir si nos sacan de acá y tampoco queremos ir a parar al Complejo Municipal porque tenemos nuestra vivienda que construimos con mucho sacrificio”.

Cabe mencionar que avanzada la tarde de ayer la vivienda continuaba custodiada por efectivos policiales y tanto la pareja como las menores no habían sido desalojadas, mientras Olivera y las tres niñas permanecían alojadas en la sala de pediatría del hospital público.(La Vanguardia del Sur)


Sábado, 22 de agosto de 2015