El proyecto de los libros parlantes fue una iniciativa de Javier Ruiz, un trabajador ciego que busca integrar a personas con disminución visual y discapacidad motora. Ya se grabó literatura infantil clásica y ahora es el turno de la literatura patagónica. También se busca crear un espacio con acceso a internet por medio de un software de lectura de pantalla.

La propuesta de la audioteca denominada “Leer escuchando” consiste en crear libros parlantes en el formato audio digital con la colaboración de lectores voluntarios para ponerlos a disposición de la comunidad y en especial de lectores ciegos, disminuidos visuales y amblíopes.
En esta etapa del proyecto que aprobó el Concejo Deliberante en 2010 se grabarán libros de la literatura patagónica de autores de la región con el objetivo de dar a conocer sus obras.
Con esa finalidad, el responsable del proyecto, Javier Ruiz, se reunió días atrás con responsables de las emisoras radiales LU4 y Radio Universidad para coordinar las actividades de grabación. El reinicio de la actividad estuvo a cargo de la voluntaria Teresa Demyda con el libro “Mi Patagonia, entre recuerdos y olvidos”, de Roberto Suárez Samper.
Mientras el último martes los voluntarios se capacitaron con el radioperador Osvaldo Tapia sobre el manejo del programa “Sound Forge” para la edición de sonido de dichos libros.
Todos los interesados que quieran participar de la propuesta pueden contactarse con Ruiz al teléfono 4473024 o dirigirse al edificio de la biblioteca, ubicado sobre la avenida Yrigoyen 555, de lunes a viernes de 8:30 a 15.
En su visita a Diario Patagónico el autor de la iniciativa explicó que la audioteca está destinada “a la gente que está marginada que serían las personas ciegas, disminuidos visuales y también los que tienen discapacidad motriz. Cualquier persona puede acceder a este tipo de archivos, libros, para poder escucharlo”.
Javier contó: “yo desde mi lugar no podía acceder a la bibliografía, y esto sería una forma de incluir a esta parte de la comunidad que esta marginada y no tiene acceso a la literatura impresa y entonces esto abre la lectura”, valoró.

Inclusión

La idea del empleado de la biblioteca municipal es más amplia y aventuró: “cuando tengamos el edificio nuevo (en la zona de la Costanera) la biblioteca va a tener un espacio y desde allí vamos a generar intercambios con otras bibliotecas del país como Rosario, Capital Federal, Córdoba y provincia de Buenos Aires”.
La coautora del proyecto, Alejandra Farfán, valoró con mucha alegría que “una persona como Javier, que sea no vidente, pudiera tener una función específica relacionada con su discapacidad e incluirla en un trabajo y a la misma vez que ayude a las personas que se encuentren en la misma situación”.
El objetivo de la propuesta “de formar lectores de libros parlantes no se reduce a leer un libro por placer. Es útil leer periódicos y esa utilidad produce el placer de la información. Es un placer diferente a la lectura de un cuento porque es un desafío elegir que vamos a leer y de que vamos hablar con las otras personas. La opción personal de elegir leer un diario y como lo hacemos influye en nuestra capacidad de conversar y a la vez opinar”, fundamenta el proyecto.
Además de contar con libros parlantes se espera brindar un servicio de internet para personas no videntes. Se trata de “una computadora común con un software denominado YOOS que es un lector de pantalla y tenes todo. Podes leer los diarios, ingresar al Google. Nosotros confiamos en esta gestión a través de la secretaría de Cultura cuando nos cambiemos al edificio nuevo”, recalcó Javier.
Como no vidente sentenció que la idea que se va concretando lo moviliza y que “este sueño le sirva a la gente que tiene los mismos inconvenientes visuales que yo. Que este servicio sea utilizado por toda la comunidad”. (El Patagónico)


Sábado, 21 de junio de 2014