Así lo advierten los vecinos: Sin luz no se distingue la banquina de la calzada. Cada vez hay más tránsito. Un grave problema para el tramo Centenario-Neuquen.

“Acá, para cruzar la ruta tenés que rezar. Es una lotería”, advierte un vecino, acostumbrado al ajetreado tránsito que por tramos sufre entre Centenario y Neuquén.
La ironía no está lejos de la realidad. Porque desde que la última muerte en esa ruta el jueves pasado, cuando un trabajador fue atropellado por un vehículo que lo arrastró más de 100 metros, quedan muchas dudas de cómo será el nuevo proyecto para hacer una calzada más segura.
El tramo más peligroso va desde el cruce con el cementerio municipal hasta las ex cabinas del peaje. Son 5 kilómetros donde no se ve la ruta ni los guardarrailes. Los vehículos transitan con las luces altas y se hacen señas, para evitar encandilarse.
El viaje es traumático, sobre todo para quien no conoce “las mañas” de las imperfecciones. Los sistemas reflexivos se borraron hace más de 12 años y las líneas que dividen los carriles desaparecieron con el paso del tiempo. A esto hay que sumarle las profundas ondulaciones, que han sido estudiadas por especialistas en accidentología.
Esta situación se vive todas las noches, pero se agravó con el tránsito petrolero y el aumento del parque automotor, donde un gran porcentaje del casi millón de vehículos vendidos en 2013 se dispersó por la incipiente “ruta del petróleo”.
Este tramo peligroso está cada vez más urbanizado. A un kilómetro al sur de Centenario se están haciendo loteos al costado de la ruta. Después, se ubica el country La Comarca, que carece de iluminación, y subir a la calzada se torna difícil por la noche. En pocos años habrá más empresas, por el ritmo del desarrollo, y se necesitarán dársenas de desvíos.
Quejas
“Hicimos el planteo a la Legislatura, pero no hemos tenido respuestas concretas. En el parque industrial de Neuquén ya no se puede ni pasar”, dijo Miguel Coliñir, un vecino local, quien además es delegado de UATRE en la región.
Su condición de gremialista no es casual en este reclamo. Conoce a cientos de trabajadores rurales, sobre todo en época de cosecha, que utilizan la bicicleta y la moto para llegar a las chacras. Pero conducir en la calzada a baja velocidad es un doble peligro en estos tiempos.
Vialidad Provincial anunció la construcción de una rotonda en ese sector. Desde hace varios días, trabajadores de esa dependencia estatal se encuentran compartiendo un edificio con médicos del SIEN. Hacen trabajos menores, como algunas reparaciones en el puente Centenario-Cinco Saltos y la próxima colocación de reductores de velocidad.
Dentro de unos meses, la ruta contará con semáforos en siete puntos críticos. El proyecto contempla que sea más segura. Pero aún persisten quienes viajan a más de 160 kilómetros por hora, sin conocer las fatales consecuencias. (La Mañana)

Lunes, 30 de junio de 2014