“Río Gallegos tiene los gobernantes que se merece”, sentenciaba siempre alguien en reuniones de café o discusiones serias en sobremesa, con un tono negativo hacia los funcionarios que no dejaba otra opción que aprobarlo en silencio. Segundos después...

...la conversación seguía con el futbol, la familia o el problema nacional, dando por aceptada la sentencia que parece haber salido de un alto juzgado nacional.
Sin duda se trata de otro mito de nuestra querida ciudad, proveniente de otras localidades y hasta de la argentina en general, toda vez que para la elección de autoridades se amalgaman dos actores principales, uno son los partidos políticos que proponen los candidatos que nos van a gobernar y el otro cada uno de los ciudadanos que emitirán su voto y elegirán sus representantes dentro de la oferta anterior.
Respecto al primero de los actores sociales, es de destacar que deberían presentar como candidatos, conforme sus ideologías políticas imposibles de dejar de lado, a aquellos que no sólo se trate de personas responsables, honestas, trabajadoras y con aptitudes para gestionar bajo circunstancias adversas o no, sino también que posean en su currículum una historia de trabajo fácilmente verificable y reconocible por la ciudadanía, a la vez de poseer ese carisma especial que deben tener todos aquellos que nos irán a representar en un gobierno, municipal, provincial o nacional.
A esta altura es fácil deducir que varios de los candidatos presentados en elecciones generales no reúnen uno, dos o más de los valores necesarios y explicados, por lo que aparece una falta de opciones para elegir entre todos los postulantes.
Por lo expuesto hasta acá, y en el caso de consensuar esa opinión, es que se hace necesario que los partidos políticos revean su forma de elegir sus candidatos y propongan de la forma más sincera posible, sus mejores hombres.
El segundo actor social, los ciudadanos votantes, tienen igualmente la responsabilidad de elegir, aunque no necesariamente entre sus ideologías políticas aquellos que las poseen, entre los nombres y las personas que realmente tienen las capacidades para gobernar, toda vez que deberían conocer a todos ellos, su historia, su honestidad, en fin, los mismos valores ya citados, de una forma totalmente independiente y utilizando la razón, fuente de toda verdad y justicia.
¿Es una utopía lo que se pide?. No, no es una utopía, es un deseo para mejorar, para que los votantes puedan elegir libremente, para que los partidos políticos sean más democráticos, para que tengamos el futuro que deseamos, para que nuestra ciudad y cada uno de sus habitantes pueda asegurar que es mentira que “Río Gallegos tiene los gobernantes que se merece”.
Por último, es necesario destacar que, si no estamos de acuerdo con lo dicho, siempre se encuentra la posibilidad de mirar a otros países, de comparar candidatos con los propuestos en las ciudades del “primer mundo”, en fin, de expresar nuestro desacuerdo con alguno de los actores sociales que participan y participarán de todas las elecciones en el futuro.

Miércoles, 2 de julio de 2014