El comisionado de fomento, Jorge Soloaga, dijo que pese al paso de las horas la noticia de la restitución del nieto 114, aún lo sigue conmoviendo.

Soloaga recordó que “no nos cabía ninguna duda de que las figuras de estos mártires de nuestra localidad debían tener su espacio para que cada persona que pasara por aquí pudiera conocerlos y saber que sus vidas habían sido arrebatadas como consecuencia del más nefasto proceso antidemocrático que vivió el país durante siete años (1976 a 1983)”.
Al ser consultado sobre cómo recibió la noticia, dijo que “iba camino al aeropuerto de Comodoro Rivadavia cuando el martes recibí una llamada telefónica de un periodista. Inmediatamente me quebré. La restitución de un nieto es algo muy fuerte y de mucha intensidad.
Pero sin dudas lo más impactante fue saber que después de tanto tiempo Cañadón Seco había recuperado al hijo de un joven que vivió la mayor parte de su vida en nuestro pueblo y que fue asesinado por mantener sus ideales”.
En ese punto, sostuvo que “nos enorgullece haber mantenida viva la memoria de nuestros mártires, ya que apenas asumimos sabíamos que una de las prioridades era la de colocar sus gigantografías en el acceso de la localidad para que ellos no quedaran en el olvido y luego reafirmamos esa convicción en el año 2013 con la inauguración de nuestra Sala de Música de la comisión de fomento que lleva el nombre de Oscar Walmir ‘Puño’ Montoya”.
Finalmente dijo que no son coincidencias que Guido Montoya (Ignacio Hurban) “sea músico como su padre y que además haya nacido el 26 de junio, fecha en la que también se celebra el aniversario de Cañadón Seco y el descubrimiento del petróleo”. (El patagónico)

Viernes, 8 de agosto de 2014