Monseñor Jorge Ignacio García Cuerva brindó un mensaje conmovedor a la grey católica reunida en el gimnasio del Colegio Salesiano, en donde tomó posesión de la diócesis, emocionándose hasta las lágrimas al mencionar “muchos han gastado sus ahorros, o pidieron dinero prestado para sacar su pasaje, es un enorme muestra de amor de la que no me siento digno”.

Esta mañana, tal como estaba previsto, asumió el prelado Jorge Ignacio García Cuerva , con la presencia de Sergio Massa, Rosana Bertone y Alicia Kirchner, así como autoridades castrenses, religiosas y feligreses de distintas comunidades.
Al cruzarse con la prensa presente, aseguró: “Siento que toda la presencia del pueblo de Dios, acá presente, nos anima a que no podemos quedarnos de brazos cruzados, como decía hoy en la prédica”, añadiendo que es “un día muy emotivo porque en el corazón pasan un montón de cosas, pasa la familia, pasan los seres queridos, pasan las comunidades en las que estuve, tanto de Lomas de Zamora como de San Isidro y hoy acá en Río Gallegos. Como decía, llorar hace bien porque de esa manera se ve más claro lo que hay que hacer”.
Habló de una diócesis ATR –A todo ritmo-: “lo que quiero es que nos pongamos en movimiento. Acá muchos hablan de que el viento sopla, empuja, ventila, molesta, bueno que nos ventile los juicios, las ideas conservadoras y nos anime a ir para adelante, y que el Espíritu Santo sea que actúe”.
Reiteró su compromiso de “trabajar juntos, el mensaje es que yo tengo que aprender mucho como pastor, pero fundamentalmente, como le decía a la Gobernadora en conjunto. Argentina está con demasiados problemas como para encima estemos peleados, divididos, y buscando cada uno su propio interés”.
En relación a la presencia de Sergio Massa, dijo haberlo conocido cuando “era intendente de Tigre, yo era párroco de Tigre y ahí lo conocí, tuve muy buen vínculo como lo he tenido con todas las autoridades, así que le agradecí su presencia por supuesto”.
Jorge Ignacio García Cuerva, con anterioridad brindó un mensaje a toda la comunidad, explicando los motivos de su lema: “Como le habían dicho, cuentan al Papa Francisco, cuando lo eligieron en marzo del 2013 y allí empecé a pensar y a rumear después, incluso aconsejado por un amigo, el lema episcopal que terminó siendo, -No Alejes Tu Rostro del Pobre- del libro de Tobías. Cuando le conté que me habían designado Obispo de la Diócesis de Río Gallegos a Franco, un pibe de Lomas de Zamora que entró al seminario el lunes pasado, y con el cual salíamos todos los viernes a la noche con la imagen de la Virgen de Luján, a rezar y encontrarnos con los linyeritas, con las travestis, con las trans que ofrecían su cuerpo en el camino de cintura de Lomas de Zamora. Me dijo Franco , por eso quiero ser un pastor sumergido en el rebaño, caminando delante, en el medio y detrás, confiando en el olfato de las ovejas. Un samaritano que no de vuelta la cara, que esté cerca, que sea encontrable, que llore por los que lloran, que celebre la fiesta con el pueblo de Dios que sabe reír y bailar más allá de las dificultades de la vida. Por eso, entre los símbolos de mi ministerio episcopal están las chapas de las casas de las villas, porque debajo de los techos de chapas, el calor y el frio se sienten mucho más. Allí se escuchan hasta los más mínimos ruidos y se distinguen todos los sonidos del barrio. Allí se adquiere una sensibilidad particular que quiero mantener y profundizar en mi corazón de pastor, estando bien cerca del pueblo”.
Y prosiguió diciendo: “Quienes me conocen, quienes conocen a Jorge hijo, amigo, vecino, párroco, cura por favor, no dejen que me traicione, que como dice Francisco, no me comporte como un príncipe de la Iglesia, porque estaría traicionando a Dios que me llamó, a la Iglesia que me confiere esta misión y a los más pobres que son esos rostros concretos que necesitan de un padre y un hermano. Vengo a sumarse a esta Iglesia de la Diócesis de Río Gallegos, a este pueblo de la Patagonia. Quiero desde ya, animar a los laicos en su compromiso de trabajar en conjunto, anunciando el evangelio con audacia y alegría, como padre y pastor, les digo las palabras de Ceferino Namuncurá –quiero ser útil a mi gente-“.
Una palabra para los jóvenes: “los animo a soñar grande, porque en ustedes habita la inconformidad y rebeldía que son necesarias para promover cambios verdaderos y no meramente cosméticos. Jesús, eternamente joven, está presente en su sensibilidad, en sus rostros y en sus inquietudes. San Romero de América, obispo que celebramos mañana y ahí tengo su reliquia y su cuadro que me regaló el cardenal Rosa Chávez que fue su amigo personal y su secretario. San Romero decía –Dios es la vida, Dios es evolución y el pueblo creyente en Dios, no debe aferrarse a tradiciones y costumbres, sobre todo cuando esas costumbres traicionan el verdadero evangelio de Jesús. Que nuestra Iglesia sea como Don Bosco el abrazo de Dios para todos los jóvenes, ofreciéndoles esperanza, futuro y una vida mejor”.
Más adelante, prosiguió: “Cuando me ordené como obispo el 03 de marzo del año pasado, recordé mi segundo baustimo, que fue sumergirme en Cristo con los hermanos más pobres, en unos barrios muy carenciados de Tigre, la villa Garrote y El Palito, allí hace muchos años descubrí a los que sufren y allí sentí el llamado a ser sacerdote. Hoy, acá en Río Gallegos, ciudad en la que nací y al entrar en la catedral no puedo dejar de emocionarme, pensando en el día en el que mis padres y mis padrinos, entraron aquél 21 de Abril de 1968 y me bautizaron, y desde ese momento, ser parte de esta gran familia que es la Iglesia. Quiero agradecerle a todos los que están presentes, a mi familia, a mis padres, mis hermanos, mis cuñados, mis sobrinos, mis abuelos desde el cielo, por transmitirme la fe, por su amor incondicional, por su acompañamiento, por estar siempre, por estar acá, los amo”.
También, dijo: “A la Iglesia Diocesana de San Isidro, donde crecí y me formé y fui muy feliz, como sacerdote, durante veinte años, especialmente a Monseñor Oscar Ojeda, a sus obispos auxiliares, Martín y Guillermo, a Jorge Casareto que no podía venir, que es el Obispo emérito que me ordenó, a mis hermanos en el ministerio sacerdotal –los sacerdotes con los que me ordené hace 21 años, Ernesto, Guillermo y a todos los curas con los que compartimos la tarea pastoral en las parroquias, que también están acá. Agradezco a las dos parroquias en las que fue párroco, la Parroquia de La Cava en Beccar, que siempre digo y desde el corazón más profundo, seguirá siendo, siempre mi casa. Gracias a la comunidad de la Parroquia Santa Clara del Talar, allí trabajamos la idea de que la parroquia es el barrio, la parroquia no es un templo, son los que caminan por las calles, hay que acompañar y ser testigo de Jesús, como decía San Romero-Cristiano de lunes a lunes, no sólo los domingos, eso es fácil”.
En este contexto, recibió gran ovación al agradecer la colaboración del pastor antecesor, así como de la comunidad eclesiástica que lo asistió durante estos últimos meses.
Además, sostuvo: “tenemos que estar juntos en bien de nuestros hermanos que más sufren, y tenemos que sacar a Argentina, todos juntos y adelante”.
Párrafo aparte, el flamante obispo contagió su emoción, al punto de las lágrimas al manifestar: “Me emociona pensar que muchos han gastado sus ahorros, o pidieron dinero prestado para sacar su pasaje, es un enorme muestra de amor de la que no me siento digno”.


Sábado, 23 de marzo de 2019