Rio Gallegos - Santa Cruz. 26 de Abril del 2024
CASO MAILLO

Reina: “Se desplomó, lo seguí apuñalando en el piso”

Fueron las palabras de Susana Reina, viuda de Vicente Maillo, quien fue asesinado el 16 de noviembre del 2017, en su vivienda de calle Corrientes, en la primera jornada del juicio que comenzó esta mañana. Reina, además reveló dónde ocultó el cuchillo que utilizó para darle muerte al comerciante. Además, dio a conocer la violencia a la que era sometida y que el detonante que desencadenó en el sangriento crimen fue la relación, que ella calificó como incestuosa entre su sobrina y Vicente.



Susana Reina, viuda de Vicente Maillo, declaró frente a los jueces provinciales en el debate que comenzó hoy, en el Gimnasio de la Escuela de Policía de la Provincia de Santa Cruz, ubicado sobre la Ruta N º 3.

Reina ya no es la misma mujer que uno solía ver en las fotografías, rubia de cabello corto, a pesar de que vestía un mameluco blanco, en la audiencia se la vio mucho más delgada, dejó crecer su cabello y cambió su color de pelo rubio, a un tono más oscuro.

Cuando se sentó frente a los jueces, expresó que no iba a responder preguntas realizadas por las partes y sólo se limitó a contar su historia con Vicente, a quien conoció cuando vino a trabajar a Río Gallegos en el año 1992: “Yo trabajé en la noche”. Reina estuvo un tiempo en la ciudad, se fue y regresó dos años después, con dos hijos, Luís de cinco meses; y José de 10 años: “Al estar trabajando nos reencontramos con Vicente y entablamos una relación”.

La sobrina

En su relato, Reina contó que tuvo un hermano que estaba muy enfermo, éste tenía una hija, cuando muere, tanto Reina como Vicente se hacen cargo de la nena: “La criamos como si fuera nuestra hija. Con el tiempo la vino a buscar la madre, se la llevó a vivir con ella. Pero mi sobrina después regresó, según ella, no se llevaba bien con su padrastro y decidió venir a Gallegos con su nena”. Reina hizo hincapié en su sobrina, porque fue quien la traicionó.

¿Existió violencia de género?

Más adelante, Reina comenzó a narrar los cambios que Vicente tuvo con ella: “No me dejaba socializar con mis amigas. Para él, todas eran putas, todas tenían un defecto. No le gustaba que nadie venga a casa, una sola vez invitó a comer a sus dos sobrinos. Cuando nos mudamos al departamento pensé que íbamos a poder reunirnos, con sus amistades, porque las mías ya me las había cortado. Pero no fue así, Vicente era enemigo de las rees, muy a su pesar venían a comer las hermanas”.

Siguió contando que la vida de Vicente: “Era su trabajo, levantarse y salir a andar en bicicleta. Para él todo era trabajar, trabajar y trabajar, porque vivíamos de eso. Por ahí había cosas que no me gustaban, era muy recto con mis hijos, pero después pensé que estaba bien, porque me estaba ayudando a cuidarlos. A casa no podía llegar, ni llamar nadie después de las 21:30 horas”.

Reina, contó que con el tiempo se enfermó de un ojo, comenzó un año y medio de tratamiento, no sabía que tenía, hasta que viajó a Buenos Aires: “Con la enfermedad la relación se comenzó a desgastar, sólo me acompaño en la biopsia. Después tuve que quedarme en Buenos Aires para realizar un tratamiento de radioterapia. Pero antes de esto, me llenaron de corticoides, siempre fui de contextura delgada, hizo que engorde, llegue a pesar 106 kilos y me comenzó a torturar, según como me vestía me decía que parecía Mercedes Sosa, fue muy humillante en ese sentido”.

En este contexto, contó que cuando llegó de Buenos Aires: “Lo noté cambiado. Evidentemente la enfermedad había desgastado a la pareja. Todos los jueves iba a jugar al truco, llegaba con manchas de lápiz labial en el cuello, en la cadenita que llevaba puesta, tenía pelos enrollados y empezaron las primeras peleas, porque me estaba siendo infiel, lo que se prolongó por bastante tiempo, me decía que estaba loca, que sólo iba a jugar al truco y que le manchaban la camisa para que nos peliemos”.

“Vas a aparecer en una zanja”

En otro párrafo de su declaración, Reina, narró que un día concurrió al otro negocio, ya que su hijo José, le contó que su papá tenía una botella de whisky guardado en un cajón: “No sólo encontré eso, también había preservativos, gel para excitarse, un colchón con una almohada, evidentemente llevaba sus conquistas amorosas al depósito. Con esto le pedí el divorcio, no accedió y me dijo que si nos separábamos iba a aparecer en una zanja”.

“Sentí asco”

Cuando Luis Maillo, terminó la secundaria su madre lo acompañó a Buenos Aires: “Mi sobrina ya estaba acá y cuando regresó notó algo raro. Le pregunto a mi hijo mayor, qué era lo que pasaba y me dice tenes que hablar con la abuela, hablo con mi mamá y me cuenta que Vicente estaba saliendo con mi sobrina, la verdad que sentí asco, porque esa no era una relación más, a mi sobrina la criamos desde chiquita”.

Recordó, que esa noche cuando Vicente llegó a casa: “Tuvimos una discusión, me dijo que solo le había ofrecido plata para hacerse las lolas, lo que me pareció una desubicación, la cuestión es que fui la última en enterarme, ya lo sabía medio Gallegos. José se entera porque mi sobrina le dice que el tío la estaba acosando, cosa que no le creyeron, siempre digo que esto no fue culpa de Vicente sólo, también de mi sobrina”, agregando que cuando se enteró de todo, cayó en un estado depresivo, se levantaba de noche, vomitaba y lloraba: “El queriendo tapar el sol con un dedo, me regalo la propiedad de calle Magallanes, siempre que se mandaba una macana aparecía con regalos, era su forma de ser”.

Reina, cuando se enteró de la relación entre su sobrina y Vicente: “Le pedí a ella que se vaya de Gallegos, no podía seguir trabajando en la peluquería, no quería verla. Él, enfureció, llegó a casa y me pegó por primera vez, preguntándome por qué la había echado. Siempre trate de defenderme de los golpes. Decidí cambiarme de habitación, me daba asco tener relaciones con él, no quería, me obligaba, lo único que quería era separarme. Tampoco podía denunciarlo porque conocía a jueces, policías y tenía una sobrina abogada, no podía denunciar lo que estaba pasando porque sabía que no iba a tener respuestas de nadie. Nunca me anime a contarle a mis hijos que él me golpeaba, eran chicos grandes que podían tener una mala reacción”.

De sicario a prestamista

A la crisis de pareja, se le sumó que Luis comenzó a gastar plata de más, Reina pagaba la universidad y Vicente le giraba $20.000 mensuales: “Pero ese dinero le duraba dos semanas, Vicente se enojó y le dijo que si no terminaba la universidad le sacaba los víveres, lo que hacía que tengamos más peleas, peleas violentas, me agarraba del cuello, me tiraba los pelos, me golpeaba la cabeza”.

Un día la llamó Luis: “Estaba desesperado, tenía una deuda de 10 mil dólares, con un amigo que le había presentado Carolina, su novia. Saqué un pasaje y fui a Buenos Aires, no tanto por la deuda sino por el estado en el que se encontraba mi hijo. Le pedí a Vicente que viaje, me parecía bueno que Luis nos vea a los dos juntos. Vicente viajó, de muy mala gana”.

En este marco, Reina indicó que le dijo a su hijo que iba a conseguir la plata, no podía decirle a Vicente que debía ese dinero, tampoco se lo quería dar a Luis porque tenía miedo de que se lo gasté. La acusada regresó a Gallegos y le dijo a Luis que se vuelva, ya que consideró que: “No estaba para seguir en esa ciudad. Pero además le pedí que viaje Cristian, para que yo le dé la plata, no quise viajar a Buenos Aires con esa suma de dinero”.

Luis llegó a la capital, al igual que Cristian, -el presunto sicario-, a quien Reina le dijo que le iba a pagar el dinero que su hijo le debía, pero que se lo iba a dar a la noche. “Esa noche cenamos, Luis se quedó a dormir con la abuela, yo me levanté, fui a ver cómo estaba mi mamá y le dije a Cristian que le iba a pagar, él fue para la casa. Pero yo no me bajé del auto porque había un barrendero, no era normal que esté barriendo la dársena, porque eso lo hacíamos nosotros, me volví a la casa de calle Magallanes y le dije a Luis el por qué no había bajado del auto y Cristian fue para la casa de Magallanes a ver qué había sucedido, le comenté y le dije que regrese. En eso Luis salió con el auto y me dijo que me quede tranquila que no pasaba nada, que el barrendero se había ido. Cuando vuelvo entra Cristian conmigo, él se queda en la escalera, subí a buscar el dinero, se lo di, lo contó y se fue”.

Cuando Reina, estaba cerrando la puerta, Vicente se levantó, le preguntó con quién estaba hablando, ella le dijo con nadie. Vicente, insistió y nuevamente le preguntó con alguien estabas hablando, Reina le respondió que no: “Seguro que sí, porque sos una puta de mierda, siempre me decía eso, o india de mierda y me pegó una patada, cuando me pegó, lo tiro para atrás, le dije que no pegue porque no había hecho nada, que no era como él, se enfureció me agarró del cuello y de los pelos, traté de defenderme tirándolo para atrás”.

“Le pegué dos puñaladas y lo seguí apuñalando en el piso”

Reina, recordó que esa noche, se quedó en el comedor llorando. Vicente se fue a su pieza y: “Pegó un portazo. Yo no daba más, no aguantaba más. Empecé a sentir voces en mi cabeza que me decían no aguantes más, no aguantes más, era una locura mi cabeza, escuchaba cosas, estaba desesperada ya no aguantaba nada, no daba para más y él no me dejaba separarme”.

La imputada en su relato, manifestó que no sabe en qué momento fue a la cocina, agarró un cuchillo: “Fui a la habitación, Vicente estaba sentado en la cama, le pegué dos puñaladas, se levantó y se desplomó”, entre lágrimas siguió narrando: “Lo seguí apuñalando en el piso y ahí me desesperé, lo había matado, no lo quería hacer, me desesperé, no sabía qué hacer, mis hijos me iban a odiar, acababa de matar al papá. Fui a la cocina, limpié el cuchillo con unos trapos, me lavé las manos y lo escondí detrás de la heladera. Me cambié la ropa, aproveché que había estado Cristian y simulé un asalto, como pude me até con cinta. A la mañana cuando Luis me encuentra le dije que había sido un asalto, no le dije que lo había matado, no quería que se enteren, a la única que se lo dije fue a mi mamá, por eso ella declaro, se quiso hacer cargo, para salvarme a mí”.

Hoy, Reina pasa sus días, en una celda de la Comisaría Tercera de la ciudad de Río Gallegos, y en el juicio expresó que lo ve a Vicente Maillo entrar a su celda, asegurando que: “Está enojado, por lo que pasó esa noche. Nunca tuve la intención de matarlo, no sé por qué lo hice".


Lunes, 8 de marzo de 2021


 
 


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