Rio Gallegos - Santa Cruz. 18 de Mayo del 2024
CASO MAILLO

José Maillo aclaró toda la información que se dio a conocer tras el crimen de Vicente


“Jamás le toque un peso a mi papá y teníamos una relación excelente”, sentenció José Maillo, hijo reconocido de Vicente, en el marco de su declaración en el juicio oral y público. También, contó que desde que está detenido sólo habló por teléfono tres veces con su madre Susana Reyna. “La quiero, la voy a querer siempre, pero me cuesta, hay que vivir una situación como esta, para entender los sentimientos cruzados que tengo”, expresó al ser consultado sobre cómo era el vínculo con su mamá.




Ayer, José Maillo, hijo reconocido de Vicente e imputado por el crimen de su padre, también decidió prestar declaración ante los jueces provinciales de la Cámara Oral de la Primera Circunscripción de Río Gallegos. Al igual que su madre, sólo se limitó a contar su versión de los hechos y se negó a contestar preguntas.

José, empezó su relato aclarando ciertas cuestiones que se dijeron y publicaron en su momento en los medios de comunicación. Si bien, reconoció que hace 18 o 20 años que juega al poker, vicio que jugaba una vez por semana, desmintió que apostataba grandes sumas de dinero ya que la mayoría de sus amigos eran municipales y petroleros.

En cuanto al crimen, recordó que el 16 de noviembre del 2017, su hermano Luis lo llamó y le dijo: “Venite ya para casa, el viejo está muerto”, se vistió como pudo, se subieron al auto con su esposa y concurrieron a la casa de Vicente.

... “Pasé todos los semáforos en rojo, yo vivo en calle Zapiola, al final. Cuando llegamos estaba lleno de policías, me bajo del auto, quise entrar a la casa, pero no me dejaron. Pregunté qué había pasado y un Policía me contestó que no me podían decir nada”, relató, agregando que después llamó por teléfono y le dijeron: “Aparentemente entraron a robar a tu casa, tu papá está muerto. No lo podía creer”. José, recordó que fue una situación horrible.

Después del llamado, se quedó esperando en el local “Doña Ana”, su hermano Luis, llegó y se dieron un abrazo. ¿Qué pasó?, le preguntó José a Luis, y éste le contestó: “Parece que entraron a robar, mamá está golpeada”. Recordó que después llegó la ambulancia, compañeros de trabajo y más policías.

Minutos después bajó su madre, Susana Reyna: “Creo que, en estado de shock, la llevaron al centro de salud, yo me voy a la casa de mi abuela a avisarle lo que había sucedido, para que no se entere por otro lado. La dejó en el negocio, me voy al hospital donde atienden a mi madre y luego la llevamos al centro de salud mental. Después la llevo a la casa de mi abuela y regreso al local, cerca del mediodía me encontré con Mansilla, trabajador, le pido las llaves, tenía las mía, pero no tenían el control de alarma, ingreso busco mis cosas, cuando llega un amigo a verme, nos damos un abrazo, le dije que pase porque no quería estar hablando afuera, estuvimos un rato, cuando estamos saliendo volvemos a ingresar al local, porque se para un Fiat de color rojo, se baja un hombre y empezó a sacar fotos a la fachada del comercio. Esperamos que se vaya, voy a la oficina de mi viejo, fue difícil porque estaban sus cosas, su olor. Cuando los del auto se van, salgo, me despido de mi amigo y me fui a mi casa”.

Horas más tarde, cerca de las dos de la tarde, José se acercó a la Comisaría Segunda, donde le hicieron algunas preguntas, entre ellas cómo era la relación de su madre con su padre, si sospechaba de alguien, sí su padre debía plata: “Mi papá no le debía plata a nadie y no tenía sospechas, porque él no tenía problemas con nadie”, tras contestar las preguntas de la Policía, le pidieron su teléfono el que: “metieron a una computadora para analizarlo” y después de eso, regresó a su casa de calle Zapiola, casi esquina Juan Manuel de Rosas.

“Dejen de hablar, que escuchan todo”

En su relato, José también habló sobre la frase: “Dejen de hablar, que escuchan todo”, que escribió en un papel, y aclaró que: “Lo hice cuando ingresé a la casa, había mucha gente, mi madre y mi abuela estaban discutiendo porque había un hombre que estaba dando detalles sobre las heridas que tenía el cuerpo de mi padre, información a la que accedió, según él, porque la Dra., era su amiga y se lo contó. Entonces, qué hace la gente escucha, sale y cuenta todo, por eso tomé una libreta que tenía mi abuela, escribí eso, se los mostré y lo guardé en mi campera”.

La relación con su padre

José, se alejó de la familia de su padre cuando tenía 16 años, por ciertas actitudes que tenían tanto las hermanas de su padre como sus sobrinos que tenían para con él: “Tenían gestos feos, me miraban con desprecio, por no ser Maillo. Entonces no participaba de cena familiares, iba a trabajar, estaba todo el día con mi viejo y pido que no se digan mentiras, nada más, cuando declaren, digan la verdad”, agregando que: “El que conoció a mi viejo, sabía que no era ningún tonto. No tenía un pelo de tonto, sí él creía que le estaba robando me sacaba y fui el encargado del negocio durante diez años, manejaba la caja y los pedidos. Se me cuestionó que no iba hace días a trabajar y fue porque estaba en mi casa haciendo un fogón, estaba de licencia. Jamás le toque un peso a mi papá y teníamos una relación excelente”, sentenció.

Más adelante, contó que cuando se casó con su señora Patricia Acosta, su padre le regaló la casa de calle Zapiola, casi esquina Juan Manuel de Rosas y lo ayudó con el pasaje cuando viajó a Europa: “Mi padre siempre me ayudó un montón y me estaba ayudando a cumplir un sueño que teníamos que era tener un bebé, viajamos dos veces a Buenos Aires para hacer un tratamiento y mi papá me ayudó con dinero para pagar ese tratamiento. Entonces la relación no era mala, tuvimos diferencias como las tiene todo el mundo, en el trabajo, por eso pido que se declare con la verdad”.

Por otro lado, también aclaró, que cuando estuvo en el local comercial “Doña Ana”, estuvo menos de 10 minutos: “No media hora, como dicen, menos de diez minutos, llegue a escribir el cartel que estaba cerrado por duelo. Se habla que yo borré el material que estaba en las cámaras de seguridad, apenas puedo prender la computadora, lo único que hago es navegar por internet. Entonces me parece que hay cierta intencionalidad de mentir, ensuciar, no sé qué sentido tiene”.

La relación de sus padres

José, además dio a conocer cómo era la relación entre Vicente y Susana, contó que: “Dejé de viajar con ellos, decidí empezar a viajar solo. Me alejé, porque era insostenible compartir un almuerzo, una cena, era una pelea constante, en mi primera declaración lo dije, pero me dijeron que no lo iban a plasmar, para salvaguardar la intimidad de mis padres. Recién lo escribieron cuando realicé la ampliación de indagatoria”.

Para José, era insostenible estar en la casa: “había peleas constantes, mi madre que le reclamaba las infidelidades a mi padre, él se reía, es por ello que deje de participar de todo tipo de cenas y almuerzos. Hacía mi vida con mi esposa, iba al negocio, laburaba, hablaba con mi padre y después me iba a mi casa, esa era toda mi vida”.

Sentenció, que tenía una buena relación con su padre: “Ahora quieren instalar que teníamos una mala relación, es mentira, creo que deberían tener un poco más de cuidado y darse cuenta de la seriedad del tema y decir la verdad, lo único que pido es que digan la verdad”.

“Está el pedido de detención”

Por otro lado, narró que lo citaron a la Comisaría Segunda, cuando llegó estaba el Dr. Saldivia en la oficina del comisario, salió de la oficina, se va: “Me llevan hasta la oficina, no entro, estaba el personal técnico con las cámaras, no sé si grababan, me piden el número del muchacho que las instaló, les dije que no lo tenía, lo fuimos a buscar, tardamos más de media hora, lo encontramos, lo llamaron, se puso a hablar con los técnicos de la Policía, hicieron un informe, lo firmé y me fui, entonces está de más decir que yo borré las imágenes y me parece una barbaridad que se aseveren cosas, como lo hicieron al principio de la investigación”.

Recordó que cuando el Dr. Saldivia salió de la oficina le dijo que cuando termine, vaya a su despacho: “Salgo de la Comisaría, voy al despacho del Dr., llegó y me dice que venga tu hermano también, quien llegó segundos después, ingresamos al despacho y nos comunica que había unos papeles en el despacho de la Jueza Quintana, y los van a detener a todos, le pregunté por qué y él empezó a insistir que nosotros teníamos que saber algo, algo tendrían que haber visto. A lo que le contesté que sí sabía algo lo hubiese declarado, me levanto, le dije que no tenía nada que esconder, que me detengan, me investiguen, estoy a disposición, no tengo nada que ocultar, está grabado, porque el Dr. Roberto Saldivia nos estaba grabando”.

Siguió, expresando que: “Me metieron en cana, dije me van a tener 10 o 15 días, van a investigar y me voy a ir a mi casa. Pero hace más de tres años y medio que estoy detenido, nunca se me escuchó, pedí mi excarcelación, se me negó”.

Finalizó, expresando que el vínculo que tiene con su madre, no es como antes: “La quiero, la voy a querer siempre, pero me cuesta, hay que vivir una situación como esta, para entender los sentimientos cruzados que tengo. Con ella, desde que estoy detenido sólo hablé tres veces”.


Martes, 9 de marzo de 2021


 
 


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