Rio Gallegos - Santa Cruz. 19 de Abril del 2024
JUDICIALES

Cabral: “La presión social no tuerce mi decisión”



El 2 de noviembre, se cumplieron seis años de la sentencia por el crimen de la pequeña Abigail, quien fue asesinada por sus padres, que fueron condenados a prisión perpetua en el 2015. “Antes y Después”, habló con el Juez Joaquín Cabral, presidente del Tribunal Oral de la Cámara Oral de Río Gallegos, quien opinó sobre la sentencia e hizo una reflexión respecto a la presión social que existe en algunos casos.




El 2 de noviembre se cumplieron seis años del fallo por la muerte de Abigail Tortello, quien fue asesinada a golpes por sus padres en agosto del 2015. “Antes y Después” programa radial que se emite de lunes a viernes de 18:00 a 19:00 horas por Radio Urbana 94.1, dialogó con el Juez Joaquín Cabral, quien integró el Tribunal Oral, aquel 2 de noviembre del 2015.

Para Cabral el caso de la pequeña Abigail, fue muy complicado desde el punto de vista emocional, pese a estar, por el mismo oficio acostumbrado, no dejó de ser impactante. “Se trató de un hecho lamentable, una bebé con múltiples lesiones que le causaron la muerte”, agregando que fue un caso importante no solamente por el resultado espantoso que tuvo, sino que, además, porque fue uno de los pocos casos en el que se llegó a este tipo de pronunciamiento y de sentencia, que aún no está firme.

Cabe recordar que, por la muerte de la pequeña Abigail de siete meses, sus padres Karla Orellana, quien se encuentra alojada en la Comisaría Tercera de Río Gallegos y Carlos Tortello, alojado en una celda de una Comisaría de Puerto San Julián, fueron condenados a prisión perpetua. La pareja se encuentra detenida desde el 25 de agosto del año 2014.

Hoy, el expediente está siendo evaluado en la Corte Suprema: “Podemos hablar de una sentencia que está tomando su curso porque justamente la mamá de la pequeña llegó hasta la Corte Suprema”. La causa está siendo revisada por la CSJN quien determinará si Orellana fue o no víctima de violencia de género, ya que el defensor de la joven consideró que en la sentencia no hubo un análisis respecto a la violencia a la que según Orellana era sometida.

Este fallo fue muy importante para la historia judicial de Santa Cruz ya que el hecho de que se haya llegado a un juicio y a una sentencia en un caso del “Síndrome del Niño Sacudido” que: “Es un flagelo mundial y además de haber llegado a un escenario judicial, comprende crisis sociales o emocionales de los padres o de los cuidadores de los niños y también se puede llegar a esa situación justamente sin medir los resultados”.

Como ejemplo Cabral, describió que este síndrome se puede dar cuando se levanta a un niño que está llorando, y no para de hacerlo, los padres se ponen nerviosos, lo sacuden y el niño al ser tan pequeño y no tener los músculos del cuello fortalecidos, su cabecita se mueve por todos lados y al sacudirlo se generan lesiones del síndrome del niño sacudido y se producen signos visibles que llama la atención a los médicos porque hay indicadores tanto en los ojos como marcas en la piel de los niños”.

Cabral, además, recordó que fue un caso en el que se involucraron muchas áreas del Estado, y destacó la exposición que brindaron los médicos forenses quienes describieron el centenar de lesiones que tenía el cuerpo de Abigail y quedaron expuestos: “Los operadores del Estado que deben acudir muchas veces a estas situaciones familiares donde se advierte que hay una crisis social o familiar y poder estar de manera oportuna, porque después es tarde”.

Para el juez, la particularidad de este caso, que marcó un precedente: “Es que la niña presentaba lesiones muy graves, no solamente las visibles a los ojos clínicos, características de ese síndrome de niño sacudido, si no fracturas de huesos largos y después otro tipo de improntas, no solamente en la parte orgánica sino también ósea”. El letrado, cree que esto fue lo más significativo: “Para mí en lo particular, ya que llevo muchos años en esta profesión”.

La muerte de Abigail causó conmoción en los vecinos de Río Gallegos y una presión social. Los vecinos se movilizaron frente al Hospital Regional, intentaron prender fuego la casa de la madre e incluso se apostaron frente a las instalaciones de la Comisaría Cuarta, para que Orellana no sea trasladada.

Pero no siempre la presión social o lo que quiere la sociedad coincide con lo que decide un Tribunal Oral, sobre esto Cabral expresó que: “Lógicamente el resultado de un pronunciamiento va a tener una parte de la gente que queda disconforme”, agregando que la presión social en este caso que: fue muy elocuente, pero en general : “Los jueces que actúan correctamente de acuerdo a sus convicciones, a lo que han probado, como en mi caso, muchas veces la presión social en nada tuerce mi decisión cuando tengo que tomar algo contario a lo que pide la gente”, sentenció.

Agregó que en este caso en particular: “Es cierto que hubo una presión social y también es cierto que la posición tomada por los jueces tuvo una base doctrinaria y jurisprudencial basada en el dolo eventual, que es justamente lo que se está discutiendo, a tal punto se está discutiendo que si tomamos el dolo eventual como elemento subjetivo de ese homicidio que resulta ser calificado por el vínculo entre la persona que está en proceso y la víctima, y por otro lado tenemos la posibilidad de que se discuta el dolo eventual y la calificación sea menor”, finalizó.


Domingo, 7 de noviembre de 2021


 
 


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