Efectivos de la Seccional Segunda y Tercera de Policía y de la División Delitos Complejos de esta ciudad allanaron en la mañana de ayer la vivienda en la que reside Cristian Angel en el barrio San Cayetano, actual pareja de Rita Bejarano, la docente que desapareció el último sábado.

Cristian Angel, de 33 años y que se desempeña como chofer de Autobuses Caleta Olivia, fue la última persona en ver a la mujer hace una semana. El se habría comprometido a llevarla hasta la Terminal de Omnibus, ya que la docente tenía previsto viajar a Comodoro Rivadavia.

Sin embargo, según lo que comentó a la policía y a los familiares de su pareja, no lo hizo porque ella decidió irse por sus propios medios.

Respecto del allanamiento de ayer, no se suministró ninguna información oficial, aunque fuentes confiables revelaron a Diario Patagónico que se habrían hallado pertenencias de la mujer, pero hasta el momento ello no sería relevante para el objetivo de la búsqueda, ya que la docente acostumbraba visitarlo.

Paralelamente, los investigadores se encuentran examinando las cámaras de seguridad de la Terminal, para determinar si fehacientemente Bejarano llegó hasta ese lugar para abordar algún colectivo.

Cabe mencionar que la mujer, de 48 años, se desempeña como maestra en clases de apoyo que se dictan en el Centro Integrador Comunitario Virgen del Valle y que el allanamiento en la casa de su novio fue ordenado por el Juzgado de Instrucción Nº 2, a cargo de Jorge Alonso.

A todo esto Diego Araujo –hijo de la mujer desaparecida- señaló a Diario Patagónico que el novio de su madre “no está muy seguro de nada, titubea, dice que hay muchas cosas que no se acuerda y ni siquiera nos llamó para preguntarnos si surgieron novedades, a pesar de que ellos llevaban dos años de relación”.

Por otra parte dijo que “salimos hoy (por ayer) temprano con familiares y amigos para hacer rastrillajes en las fábricas abandonadas detrás del barrio 17 de Octubre, en el basural y en el cementerio”.

“Las compañeras de trabajo de mi mamá -acotó- recorrieron el sector de la costanera hasta cercanías del Barco Hundido (poco más de 26 kilómetros), pero no hallaron nada”.

“Nosotros pensábamos que ella tenía una buena relación con su pareja, pero algunas amigas nos contaron que él es una persona muy celosa y que incluso le levantó la mano más de una vez. Además, una de mis sobrinas dijo que fue testigo de ataques de celos e ira por parte de él hacia mi mamá”, reveló. (El patagónico)

Sábado, 1 de noviembre de 2014