Johana Gramajo y Adolfo Maldonado, empleados municipales, describieron cómo es el estado de los trabajadores en esta instancia, con más de un mes de medidas de fuerza y con los desencuentros entre el Ejecutivo y el SOEM.

“Estamos con ánimo de seguir, de estar en la Municipalidad hasta que nos den lo que queremos. El aumento lo necesitamos, ni siquiera llegamos a lo que marca la canasta familiar. Nuestro sueldo está por debajo de muchos otros. Lo único que pedimos es que nos equiparen, tampoco pretendemos ganar como en otros lugares, sino estar cerca de eso”, expresó Gramajo.
La trabajadora indicó que algunos de sus compañeros necesitan plata para pagar sus alquileres y para pagar medicación, por lo que ayer empezaron a vender pan casero y tortilla a la parrilla frente al edificio municipal, con el propósito de juntar dinero para el fondo de huelga.
Maldonado, otro de los empleados que está afectado a la medida, sostuvo que “no vamos a bajar los brazos, porque el aumento es para todos”. “Quiero agradecer a toda la comunidad, porque nos está ayudando y brindando su cariño, su afecto. Nos ayudan con mercadería. La gente es solidaria. Ahora, estamos esperando una respuesta favorable por parte del Ejecutivo”, señaló.
“La familia acompaña mucho. Están con nosotros más de 10 o 12 horas, bancando por convicción. No es un capricho, estamos convencidos de lo que estamos haciendo. Algunos compañeros están por más tiempo, yendo y viniendo, buscando leña y resistiendo al frío, al viento y a la lluvia. No es fácil llegar a fin de mes con un sueldo de $8.000, cuando hay gente en la localidad que gana el triple, al mismo tiempo en que hay comercios que se ponen a la altura de esos sueldos. Yo tengo casa propia y me cuesta, ni hablar quienes tienen que pagar un alquiler”, aseguró Gramajo. (Patagonia Nexo)


Sábado, 15 de noviembre de 2014