Si, volvimos. Y digo volvimos porque yo regresé de mis vacaciones y de nuevo estamos juntos, amigos lectores. Es una alegría que nos podamos reencontrar, espero que hayan pasado un receso estival como merecían y que todos hayamos regresado recargados.

Digo recargados porque creo que durante estos primeros días del año nos recargamos de energía que perdimos durante todo el 2014, un viaje lejos, cerca o más o menos, seguramente nos permitió recargar las pilas para seguir construyendo lo que cada uno desea y por eso sinceramente deseo que la carga de las pilas haya sido completa.
Claro, no sólo las pilas fueron sin duda motivo de recarga, fueron también las ilusiones de que el nuevo año sea mucho mejor, que nos vaya mejor en el trabajo, en las relaciones, en la familia, en nuestro barrio y en nuestra ciudad, todos estos deseos espero que se cumplan y que cada uno de nosotros nos preocupemos por alcanzarlos.
Estoy pensando ahora cuando cargamos nuestros coche con todas las cosas que compramos en las vacaciones, con los nuevos juguetes de los chicos, con los regalos para la tía, el tío, los abuelos y los amigos, con toda la ropa nueva que nuestra esposa compró con el 30, 40 o 50 % de rebaja en los destinos turísticos, con esos “preciosos” almohadones para el living o ese “hermoso” cuadro para la cocina, en fin, con todo eso que cargamos en el coche que no permitió viajar cómodos tanto al que viajaba al lado del conductor como los que iban en el asiento trasero, y eso sí que fue re cargar, un coche que parecía de elástico y que estaba completamente re cargado.
Si miramos ahora para el piso agachando la cabeza o si tuviéramos la oportunidad de vernos el trasero desnudo frente a un espejo, también comprobaríamos que nuestra panza o nuestra asentadera también están re cargados, pero re cargados de asados, de papas fritas, de pastelitos, de choripanes o de rabas, pero siempre en la seguridad que empezaremos el régimen para bajar de peso en los próximos días, ante esas comidas que cargamos los 10, 20 o 30 días de vacaciones, sin esperar una digestión completa antes de sentarnos a devorar otras comidas como las dichas.
No nos importa ahora que hayamos llevado un libro que íbamos a leer mientras tomábamos sol en la reposera o sombra en el fresco de la vegetación en un sillón, total siempre vamos a tener otra oportunidad para leerlo ya que no abrimos una sola página, como tampoco nos importa que no hayamos salido a caminar por las tardes en una costanera o correr unos minutos en un gimnasio para sentirnos mejor y cuidar nuestra figura, ya que igual vamos a poder hacerlo en este año. Bueno no sé si vamos a leer un libro o caminar pero igual vale la intención.
Como dije antes, es una alegría volver a encontrarnos recargados, o re cargados, para comenzar a construir este 2015 como realmente queremos, con pasión, con trabajo, con esmero, pero por sobre todo con honradez.

Hasta la próxima, mis queridos lectores.

Martes, 24 de febrero de 2015