Todos los días, en las instalaciones del Centro Integrador Comunitario (CIC) Jesús Misericordioso, un grupo de vecinas elabora viandas para almuerzo con el propósito de generar recursos propios para sus familias y así una entrada económica y un proyecto de vida. Se trata de proyectos autogestivos llamados “familias entrelazadas” que son generados desde el Ministerio de Desarrollo Social a través de las Secretarías de Abordaje Territorial junto a Desarrollo Humano y Economía Social. Esta acción se lleva adelante desde la cartera social en el marco del impulso y fortalecimiento a familias en estado de vulnerabilidad social que pretenden acceder al mercado de la economía informal, desarrollándose, capacitándose y brindando sus producciones.
Claudia Mamani es técnica superior en Economía Social y quien coordina a diario las tareas llevadas a cabo por las trabajadoras, dijo al respecto que “son doce personas que producen alimentos y los venden para generar sus propios ingresos”, agregando que “lo que buscamos es que ellos no tengan que llegar a necesitar asistencias, que trabajando puedan lograr tener un proyecto de vida y sustento a sus familias”. Aseveró que “les damos las herramientas para crecer y a largo plazo puedan aumentar sus ingresos, que el proyecto crezca y nueva gente pueda sumarse a nuevos proyectos potenciando sus capacidades”.
Por su parte, dos de las emprendedoras (Sofía Castillo y Natalia Bruno), destacaron los aportes del Gobierno Provincial para poder llevar a cabo su actividad, “estamos agradecidas, fue una ayuda grande para nuestros hogares y el MDS nos lo facilitó”, dijeron, recalcando que todos los días van variando el menú que ofrecen a toda la gente de los barrios lindantes al CIC. “Los precios son accesibles y la calidad es muy buena, es una elaboración casera que podemos desarrollar en estas instalaciones”, sostuvieron.
Dijeron que desde que empezaron hace poco mas de un mes, la demanda ha ido creciendo notoriamente y aspiran a mejorar la cantidad de trabajo, “el ingreso es bueno y a lo que aspiramos es a llegar en poco tiempo a tener nuestro propio local”.
Desde la dirección del CIC destacaron que los fondos que se recaudan se reparten entre las familias que participan, como así también será con el proyecto la de la blockera comunitaria “que vamos a comenzar a trabajar con un grupo de vecinos para poder autoabastecerse de bloques para la remodelación de sus viviendas, y también colaborar con familias que por ahí, no cuenten con una mano de obra masculina y necesiten la ayuda de este grupo”, recordó Mamaní. “Nosotros canalizamos la parte de la asistencia que la seguimos manteniendo, pero la canalizamos a través de estos subsidios y organizamos a la gente para que empiece a entender y capacitarse y que también se sientan dignos, porque ellos pueden ser sus propios generadores de sus recursos a través de una tarea”, dijo.