La Cámara Alta convirtió en Ley el Programa de Facilidades Extendidas por el refinanciamiento de la deuda existente con el Fondo Monetario Internacional con 56 votos a favor, 13 en contra y 3 abstenciones.
La Senadora Nacional por Santa Cruz, Ana María Ianni, argumentó su voto negativo al asegurar que “se me hace muy difícil acompañar con mi voto un proyecto que es aplaudido y acompañado por aquellos que dicen tener responsabilidad política en estas horas, pero que hace apenas unos meses dejaron sin presupuesto al gobierno por un capricho, y que son los corresponsables de haber tomado la deuda más salvaje y cruel de nuestra historia”.
Y añadió “soy consciente de la importancia que esto tiene para Argentina, y que es imposible vivir en default, pero creo que hay otros caminos y que podemos aspirar a una negociación en donde, de verdad, los malos dadores de crédito se hagan cargo de sus errores y nos compensen”.
La Senadora se preguntó cómo es posible que el FMI pueda dar un crédito violando abiertamente sus estatutos y que en cambio no pueda, apelando a esos mismos estatutos, quitar la sobretasa, y señaló que el crédito no fue otorgado a la Argentina sino a Macri para que ganara las elecciones “pero en su inutilidad, el gobierno de Cambiemos siguió jugando a la timba y unos pocos se siguieron enriqueciendo, mientras nos heredaban la peor deuda de nuestra historia, imposible de afrontar, sumiendo a los argentinos en más miseria y más hambre”.
“Yo nunca me enamoré de Christine Lagarde como nos pidió Macri, ni me quiero enamorar de Kristalina Georgieva – ironizó la legisladora nacional al cierre de su discurso- sólo me enamora Cristina cuando nos marca el camino de la Patria Grande, y cuando nos convoca a trabajar junto a Alberto en defensa de la soberanía política, la independencia económica y la justicia social” y convocó a todos “a trabajar juntos, para conseguir un acuerdo que nos libere las cadenas para seguir creciendo, porque como dijo alguien que de defender al país sabía mucho: “Los muertos no pagan” finalizó.