…¿o alguna vez nos pusimos a pensar que el cuento de caperucita roja era realmente didáctico como para explicar a los niños que no pueden salir solos y no conversar con extraños? Los tres chanchitos, ¿no explica que para desarrollarnos en la vida y que no nos molesten es necesaria una buena preparación, y que cuando nos esforzamos para armarnos con los mejores conocimientos nada ni nadie podrá perjudicarnos?
La ronda infantil del Al don pirulero nos indica que cada uno debe atender a su juego, y el que no lo haga tendrá una prenda a determinar por el resto de los que sí atienden el juego. Bueno, hasta aquí es lo que decía y seguirá diciendo la letra de esta ronda, pero como decíamos antes, tiene su correlato en la vida de los jóvenes y de los adultos, cosa que si estamos de acuerdo podemos seguir deduciendo alguna idea.
En nuestro medio existen casi más cantidad de lo que debieran, funcionarios de los distintos elementos de los estados nacional, provincial y municipal, y parece que muchos de ellos no cantaron ni internalizaron la letra desde su infancia, toda vez que algunos no atienden su juego, algunos ni siquiera le dan importancia a su juego, pero lo más grave que son varios los que no saben el juego que tienen que jugar.
Cuando hablo de juego tengo la intención que mis queridos lectores no tomen su significado literal, sino que piensen que el trabajo de los funcionarios no es literalmente un juego, sino que es una actividad, una labor, una ocupación, un esfuerzo que toda la sociedad se lo demanda, y por ello somos casi todos los que aportamos de alguna u otra forma el dinero que corresponde a su salario y a los gastos o inversiones que de su ocupación se deriven.
Por este motivo tenemos todos que reclamar que cada cual atienda su trabajo como corresponde, se desempeñe de la forma más eficiente posible, sea honesto y responsable de sus actos, en fin, que sea digno ejecutor de todas las promesas que realizó al momento de asumir como funcionario del estado.
Ojalá que Río Gallegos pueda llegar a tener Intendente, Secretarios, Directores y Jefes que atiendan sus funciones con excelencia, con lo mejor que puedan y que se cumplan todas las expectativas que los ciudadanos tenemos, no como hasta este momento que nos han demostrado que ninguno de ellos se preocupa por los vecinos, ninguno de ellos han alcanzado siquiera algún reconocimiento por el trabajo cumplido, y como sigue la ronda infantil que nos ocupa, al decir que el que no, el que no, una prenda tendrá.
Seguramente no se trata de una prenda, pero sí se trata que el que no cumpla con lo que debe hacer debe tener una pena, una pena impuesta por él como por ejemplo renunciar a su cargo, una pena impuesta por los vecinos como por ejemplo el pedirle que renuncie, una pena impuesta por sus conductores como una orden de la superioridad para que deje su cargo, en fin, una pena para el que no cumpla, como existe en todos los reglamentos, leyes y decretos de nuestra ciudad y nuestra nación desde hace mucho tiempo.
¿No es esto una cuestión de ética?. Nos vemos nuevamente muy pronto.