La relación institucional entre el Gobierno de Santa Cruz y la Municipalidad de Río Gallegos atraviesa su momento más crítico, tras conocerse una cifra que evidencia una asimetría alarmante en la gestión de recursos públicos. En los últimos 18 meses, la capital santacruceña recibió 0 pesos en concepto de Aportes No Reintegrables (ANR), una herramienta de auxilio financiero que el gobernador Claudio Vidal sí ha utilizado discrecionalmente para beneficiar a otros municipios del interior.
Un desprecio que afecta directamente al vecino
La falta de transferencia de estos fondos no es solo un conflicto entre funcionarios; tiene un impacto directo en la calidad de vida de los riogalleguenses. Los ANR son recursos vitales destinados a obras de infraestructura, servicios básicos y asistencia social de emergencia.
Al cortar este flujo de manera total para la capital, la postura de Vidal es interpretada como un castigo político hacia los vecinos y vecinas, quienes quedan rehenes de una estrategia de desfinanciamiento que no tiene precedentes en la historia democrática reciente de la provincia.
Desigualdad en el reparto
Mientras que para Río Gallegos el casillero de aportes figura en blanco, la realidad en otras localidades ha sido diametralmente opuesta. El contraste expone una discriminación financiera sistemática:
Arbitrariedad: Otros municipios han recibido partidas millonarias para paliar crisis o financiar proyectos locales.
Falta de criterio técnico: No existen fundamentos económicos que expliquen por qué la ciudad con mayor densidad poblacional de la provincia ha sido borrada del mapa de inversiones del Ejecutivo.
El mensaje político de la exclusión
Desde diversos sectores sociales y políticos locales, se señala que la actitud de Vidal busca "ahogar" la gestión de la capital, sin medir las consecuencias sobre el bienestar de la comunidad. "Dejar afuera a la capital es dejar afuera a miles de familias que necesitan que sus impuestos vuelvan en obras y servicios", denuncian quienes ven en esta cifra de 0 pesos una intención manifiesta de marginar a Río Gallegos.
Esta postura de la gestión de Vidal, sumada a las recientes ausencias institucionales en eventos clave como el Aniversario de la ciudad, consolida una imagen de un gobierno que parece gobernar "contra" la capital en lugar de potenciarla. La pregunta que circula en las calles es clara: ¿Por qué los vecinos de Río Gallegos no merecen el mismo respaldo provincial que el resto de los santacruceños?