COLUMNA EDITORIAL
MAS ALLÁ DEL DISCURSO, EL EJEMPLO
La última sesión del Concejo Deliberante local ha provocado sin dudas reacciones tan diferentes que van desde el total desinterés hasta las críticas destructivas de los medios de comunicación, y en estos dos polos en donde deseo estar para analizarlos como lo he hecho con varias otras acciones. Claro que...
...no fue la sesión en sí lo que provocó esas reacciones, sino, en forma específica, la elección de las nuevas autoridades del cuerpo, donde se votó en forma unánime, es decir, en forma consensuada, pensada, elaborada, con convicciones, que la presidencia del mismo la ocupe desde ese momento el Concejal Pablo Grasso, al igual que el resto de los ediles con sus diferentes cargos. La pregunta aquí sería: ¿Por qué el Bloque Radical votó para presidente a un integrante del Bloque Justicialista?, o también podría ser: ¿Cómo un justicialista logra votos de otros partidos políticos?, ¿Cuáles fueron las causas que provocaron la elección unánime del único propuesto para el cargo?. La respuesta a la primera pregunta la brindó el propio presidente del bloque radical en la sesión de ese día, lo que me exime de comentarios toda vez que fue completa y detallada, en cambio las restantes solamente las encontramos en forma implícita que amerita su análisis. El acompañamiento a una gestión que no dejó dudas de proyecto, trabajo y preocupación; el consenso logrado a través de encuentros, charlas, discusiones y diferentes opiniones que están muy lejos de las “componendas” planteadas por algunos medios del “periodismo de investigación”; el reconocimiento de parte de los pares a una persona que se involucra en todos los inconvenientes internos y externos para buscar las soluciones que más le interesan a los vecinos de la ciudad; las constantes demostraciones de lealtad del elegido que asegura la lealtad futura no sólo para los ediles sino también para toda la comunidad; el reconocimiento de su trayectoria política, donde no se trata de discursos de consensos, palabras de deseo de unir voluntades, o encendidas peroratas sobre la necesidad de unir trabajo, sino de un acto real, palpable, eficaz e importante que se debería tomar como ejemplo para muchos que plantean y plantearán esos discursos; siendo los puntos expresados algunas de las respuestas que podemos dar a las últimas preguntas. Está claro que cada uno de nosotros vemos lo que realmente queremos y dejamos de lado lo que no queremos, y a modo de ejemplo podemos hablar de la película “Titanic”, cuando algunos ven una historia de amor, mientras que otros ven el hundimiento de un barco histórico y otros la angustia y la muerte de personas ante un grave accidente, y claro, todos vemos la misma película. En el caso que nos ocupa, que no es una película, pero podría ser, existen grupos que lo ignoran porque demuestra una actitud y aptitud política que no todos tienen, mientras que otros lo denostan y critican porque no pueden aceptar que no existan situaciones no ligadas al dinero y a la corrupción de parte de funcionarios locales. Al que le quepa el sayo, que se lo ponga. Hasta otra oportunidad, mis queridos lectores.
Jueves, 11 de diciembre de 2014
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