Hablar de las precipitaciones en Río Gallegos no es novedoso. Como tampoco lo es mencionar las ya reiteradas inundaciones en calles y pasajes. Lo que si resulta preocupante es que una problemática tan tratada, tan denunciada por vecinos y medios de comunicación, no haya tenido solución a lo largo de las gestiones municipales. Muchos de quienes han solicitado a la Comuna que realice las obras pluviales, han indicado que la principal razón por la cual el ejecutivo se niega a iniciarlas, es que son obras que no se ven. No podrían tomarse una foto para los comunicados de prensa ni usarlos en las campañas de propaganda.
Quienes sufren esto son principalmente los peatones. Muchos de ellos deben sortear esquinas transformadas en lagunas o evitar que el conductor promedio – muchas veces descuidado para el mismo o para los demás- los salpique con el auto.
En los barrios sin asfalto la situación se torna peor. Acceder a algunos de los sectores de la ciudad significa comprometer el vehículo o arriesgarse a quedare empantandos.
Como se mencionó líneas atrás, la inundación no es novedosa. Es meramente un llamado de atención para que la Comuna –sea la gestión que sea- ponga en condiciones las boca de tormenta y los desagües como mínimo. O con un poco de suerte, asfalte las calles y pasajes que quedaron abandonadas desde hace varios años. Y que no vuelve a a pasar siempre la misma historia.