Rio Gallegos - Santa Cruz. 16 de Septiembre del 2025
ABUSO

“Te voy a partir en 8”


Yair tiene 21 años y vive en La Plata. Cuando tenía 16, estaba en la casa que la comunidad tiene en la localidad de Puerto Santa Cruz. Allí sufrió el primer abuso por parte del cura Nicolás Parma, cuyo nombre religioso es Felipe. En 2012, el padre lo invitó a su habitación y ocurrió lo que hoy prefiere olvidar.




Yair tiene 21 años y vive en La Plata. Cuando tenía 16, estaba en la casa que la comunidad tiene en Puerto Santa Cruz, en la provincia del mismo nombre. Allí sufrió el primer abuso por parte del cura Nicolás Parma, cuyo nombre religioso es Felipe. “Era una persona violenta”, recuerda Yair. En 2012, el padre lo invitó a su habitación y ocurrió lo que hoy prefiere olvidar.
Estaba lejos de su familia y sin poder hablar con nadie. En Santa Cruz, al principio, Yair soportó la soledad y el olvido de Felipe. Hasta que algo cambió. Empezó a tenerlo en cuenta. “Te voy a comer la boquita, te voy a partir en 8”, le decía. Le tenía miedo. “Me llamó una vez a su pieza, me pidió que duerma la siesta con él, yo le dije que no. Me dijo que me acueste en su cama. Él estaba tapado y yo estaba vestido. Empezó a besarme el cuello y a acariciarme la espalda y las piernas. Mientras hacía eso, se masturbaba. Sentía cómo se movía y cómo gemía”.
Su hermanito de 12 años fue a vivir con él a la comunidad. Lejos de tranquilizarlo, su presencia le sumó más angustia. El chico confiesa que intentó suicidarse más de una vez. Cuando todo esto pasó, le escribió una carta al Padre Agustín Rosa para contarle su infierno. Confió en que lo cambiarían de casa. Volvió con su familia hasta que, inesperadamente, recibió el llamado de Rosa. Para él fue toda una sorpresa: para sus padres, la palabra del cura era la palabra de Dios. Lo invitó a regresar al Instituto pero en su sede, en Salta. Allí fue abusado al menos otras cinco veces por el fundador de la orden.
Para muchos, Rosa es un santo; para otros, es el hombre que les destruyó la vida. “Me volvió a pedir que nunca dijera nada de lo ocurrido y que cuidara el nombre del padre Felipe”, dice Yair. Rosa le pidió que perdonara la debilidad de su colega y empezó a acercarse más a él.
“Para abusar de los hermanos, el padre Agustín era muy astuto”, asegura Valeria. “Se acercaba a ellos, les decía que había querido tener hijos y les decía que él los quería como tales. Después (les decía) ‘tu familia no te contiene, yo te contengo'; o 'tu papá te abandona, yo no’”. Yair relata lo mismo: “Me decía que mi papá no había estado en mi infancia y que él era mi nuevo papá”. Yair y Valeria coinciden en el modus operandi de Agustín: “Le decía a los hermanos que tenían varicocele y les pedía que se bajaran los pantalones para revisarlos”. (Fuente: TN.com.ar)


Martes, 20 de diciembre de 2016


 
 


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