Una parodia de referentes de ATE en el hall del Hospital Zonal contra jefes de servicios desató un escándalo de proporciones cuando uno de los afectados por la burla por poco no se trenza a golpes con quienes también estaban de huelga. Tuvo que intervenir la policía para calmar los ánimos y hasta la propia directora del nosocomio, quien más tarde presentó una denuncia penal en fiscalía.

Las discusiones, a los gritos, se produjeron a mediodía y causaron temor en decenas de pacientes internados y ambulatorios y muchos de estos últimos se retiraron inmediatamente del lugar, temiendo que se desatara una batalla campal.
El grupo nucleado en la rama salud de la Asociación Trabajadores del Estado, denominado ANUSATE y dirigido en el orden local por Carlos Garzón, llevaba adelante otro paro de actividades de 48 horas, en consonancia con lo que había dispuesto el gremio a nivel provincial en reclamo de mejoras salariales y recategorización de personal.
Esta vez la asamblea que se realizaba en el hall del moderno edificio, fue reforzada con la colocación de sillas que bloqueaban el acceso a pasillos de consultorios externos y a ventanillas donde se otorgan turnos para atenciones médicas y otras prestaciones.
Pero los incidentes se originaron cuando los de ANUSATE comenzaron a poner en escena lo que una afiliada calificó como “dramatización”, para evaluar con ironía el rol de jefes de servicios. Argumentó que ellos (los jefes) también habían evaluado negativamente hace pocos días a los trabajadores que llevaban adelante medidas de fuerza.
Fue entonces que se hizo presente uno de los aludidos, Manuel Franco, referente de la Unión Personal Civil de la Nación (UPCN), a quien lo embargó la ira y por poco no se trenzó a trompadas con otros hombres del grupo que lo escenificaba en son de chanza.

DIRECTORA INDIGNADA
Casi en forma simultánea descendió desde la planta alta la directora general del nosocomio, Patricia Zari, quien pidió a los manifestantes que respetaran el derecho de la gente que necesitaba de los servicios hospitalarios y dejaran de satirizar a otros trabajadores, al tiempo que les sugirió realizar asambleas luego de las 18 para no perjudicar a los pacientes y el trabajo de quienes no se plegaban a las medidas de fuerza.
En medio de la confusión, matizada por cruces de gritos, apareció el secretario general de la seccional local de ATE, Juan Domingo Ortiz, quien no participaba de la asamblea, pero estaba en el edificio porque había ido con su hijo para que lo atendiera un médico.
Ortiz se distanció hace varios meses del grupo de Carlos Garzón, que es el líder de la agrupación ANUSATE en la zona norte santacruceña, pero los incidentes de ayer hicieron que ambos estuvieran en la misma trinchera gremial y ofrecieran una improvisada conferencia de prensa en forma conjunta.
El mismo señaló que los trabajadores tenían el derecho de reclamar una recomposición salarial y recategorizaciones y que solo una medida judicial podría obligarlos a desalojar el hall.
A su vez, Garzón argumentó que el personal de UPCN vino con intenciones provocativas “para que les peguemos”, pero nosotros no entramos en ese juego.
Por separado, el difamado Manuel Franco declaró a través de la FM Radio 21 que lo indignó ver carteles con frases descalificadoras, agraviantes e indignantes hacia otros trabajadores que, como él, tienen una misión que cumplir, más allá de que igualmente reclamen mejoras salariales.
Atribuyó la parodia que le hicieron al hecho de que junto a otros jefes de sectores respaldó hace pocos días a la doctora Zari en la decisión de no pagar a los huelguistas un adicional en concepto de recaudación por arancelamiento, porque “hay que separar la paja del trigo” y porque además se interpretó lo que establece la ley que impuso ese beneficio.

A LA JUSTICIA
Antes de ello el director administrativo, Omar Balsamello, había solicitado la presencia de policías ante la posibilidad de que todo derivara en una batalla campal, siendo esta la segunda vez en menos de una semana que los uniformados son requeridos por conflictos laborales en ese mismo lugar.
Más tarde la directora Patricia Zari se dirigió hacia el despacho del fiscal Martín Sedán para formalizar una denuncia penal.
La médica se abstuvo de dar precisiones de su contenido, pero fuentes confiables revelaron que acusó a los referentes de ANUSATE de alterar el orden público en un sitio muy sensible, de bloquear el acceso a consultorios y ventanillas donde se otorgan turnos, lo que también implicaba haber generado un clima de violencia que causó psicosis entre los pacientes internados. (El patagónico)

Viernes, 3 de octubre de 2014