En tan solo una hora, en la capital neuquina cayeron unos 20 milímetros. Granizo, anegamientos y problemas en el tránsito.

La tormenta llegó de manera repentina. La Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) había pronosticado para la jornada de ayer algunos chaparrones “inestables hacia la noche con tormentas aisladas”, pero a las 19 unas nubes grises y relámpagos sobre el Oeste alertaron a la ciudad. Sin que nadie lo esperara, cayeron 20 milímetros en una hora, acompañado de granizo, lo que generó inconvenientes en casi todas las calles. Esto generó innumerables inconvenientes. Por ejemplo, el Hospital Bouquet Roldán se inundó en la planta baja por la gran cantidad de agua acumulada, lo que ocasionó algunas complicaciones. En el Bajo, como siempre, la situación fue crítica. Hubo calles cortadas, por lo que varios automovilistas quedaban encerrados o se vieron obligados a salir en contramano. En las calzadas y puertas de los negocios se acumuló granizo y agua, y ni bien paró la lluvia se pudo ver a algunos vecinos con palas y secadores. Para salir de esa zona en auto se llegó a tardar más de 40 minutos.
En una concesionaria, ubicada en las calles Láinez y Planas, los empleados con escurridores debieron sacar el agua que se metía al local. Y por Perticone y De la Torre, la imagen de un auto con el agua hasta la mitad de las ventanillas mostró la fuerza de la tormenta.
En el Oeste, sobre San Martín, los automovilistas tuvieron serios problemas de visibilidad y el tránsito se movió a paso de hombre. (La Mañana)

Jueves, 9 de octubre de 2014