El Gobierno de Santa Cruz, a través del Ministerio de Energía y Minería, anunció con bombos y platillos el inicio de la operación de las áreas petroleras convencionales devueltas por YPF a manos de las nuevas empresas adjudicatarias. El ministro Jaime Álvarez calificó el 1° de diciembre como "el primer día de una nueva etapa", prometiendo una inversión de más de USD 1.250 millones y la reactivación de la producción. Sin embargo, la euforia oficial choca con un manto de dudas sobre la transparencia del proceso, el verdadero impacto en el empleo local y el efectivo control del Estado sobre las ganancias futuras.
Las Luces Rojas del Nuevo Esquema
Si bien el discurso oficial celebra la "recuperación del protagonismo" de Santa Cruz y la inyección de capital para reactivar pozos maduros, analistas del sector y voces de la oposición señalan varios puntos críticos que merecen atención:
1. La Transparencia de la Adjudicación y los Antecedentes: El proceso de cesión de áreas, impulsado por FOMICRUZ S.E., ha sido cuestionado por su velocidad y la falta de detalles públicos robustos sobre las empresas adjudicatarias. ¿Se priorizó realmente la capacidad técnica y el historial de cumplimiento ambiental y laboral sobre otros intereses? La ciudadanía y los órganos de control aún esperan un informe detallado y accesible que justifique la selección de cada compañía.
2. La Dilución del Rol de FOMICRUZ: Mientras se habla de fortalecer el rol del Estado, la operación de estas áreas se delega en empresas privadas. Críticos argumentan que este esquema podría significar una oportunidad perdida para que FOMICRUZ S.E. asuma un rol operativo y gestor más directo, capitalizando la experiencia y los recursos en lugar de limitarse a una función de socio o controlador.
3. ¿Garantía de Empleo Local o Promesa en el Aire? La promesa de "generar empleo local y dinamizar la cadena de servicios" es un pilar del anuncio. No obstante, en un contexto de modernización tecnológica y optimización de costos que suele acompañar a las nuevas operadoras, queda la pregunta clave: ¿Existen cláusulas contractuales blindadas que obliguen a mantener o aumentar el número de trabajadores santacruceños en las áreas, o se priorizará la eficiencia operativa por encima de la estabilidad laboral de los gremios petroleros?
La Incógnita de la Inversión y las Retenciones
El compromiso de USD 1.250 millones en seis años es el número fuerte de la gestión, pero su impacto real está sujeto a condiciones macroeconómicas y fiscales.
A esto se suma la reciente firma del Gobernador Claudio Vidal para la reducción de retenciones al crudo convencional. Si bien la medida busca mejorar la "competitividad" y hacer más atractiva la inversión, el aspecto crítico es doble:
Menos Ingresos Federales, ¿Mayor Control Provincial? La reducción de retenciones, si bien puede incentivar la producción, significa una disminución de los ingresos que se coparticipan a las provincias. El Gobierno Provincial debe demostrar que el aumento de regalías generado por el incremento de producción compensará con creces esta merma fiscal.
¿Regreso Rápido de las Ganancias? La pregunta central es si la rebaja de impuestos se traducirá efectivamente en una reinversión inmediata y tangible en los pozos santacruceños o si, por el contrario, acelerará el retorno de capitales a los bolsillos de las operadoras, sin dejar un rastro duradero en la infraestructura local o el empleo.
El "nuevo modelo energético" pregonado por el gobierno provincial, basado en la soberanía y el desarrollo, deberá sortear ahora el escrutinio público y demostrar, con hechos y balances trimestrales, que esta cesión no es solo un traspaso de negocios, sino un verdadero beneficio estratégico y laboral para todos los santacruceños.