COLUMNA EDITORIAL
BIOGRAFIA NO AUTORIZADA
Hola de nuevo, amigos. Creo que después de los cuatro últimos editoriales, donde se trató de dar una semblanza pública a sendos posibles candidatos para las próximas elecciones, vale hacer antes de continuar algunas pequeñas reflexiones, pidiéndole a ustedes por...
...ello un poquito de esfuerzo y me puedan seguir en este humilde análisis. Cuando nos dedicamos a hablar tanto de Barragán como de Garrido, apareció algo en común entre ellos tan negativo como es la falta de militancia, sea del partido que sea, pero una militancia efectiva. Me refiero a esa militancia de trabajo básico y primordial para los vecinos, el trabajo en cada uno de los barrios capitalinos, el ir a ver a cada vecino para escuchar algún tipo de problema y tratar de solucionarlo, como por ejemplo el no contar con una vereda en condiciones o no poseer un tacho en el exterior de su vivienda para dejar los residuos. Esa militancia, que ante la necesidad planteada, se reúnen entre varios y, con fondos propios o algún requerimiento a comercio o industria, van a hacer el trabajo de una vereda o de un cordón durante todo un día poniendo su mano de obra que en muchos de los casos no es tan calificada. Otra de las cosas que hablábamos de los dos anteriores se refería a lo que se deduce de lo dicho, es decir que, al no tener militancia, su entrada a ocupar cargos públicos o electivos lo realizaron ingresando por la ventana, sin historia, sin antecedentes, sin haber demostrado a la población un deseo de mejora de la calidad de vida en todos nosotros como vecinos de esta ciudad. En las antípodas de las ideas anteriores, sin duda existen en la ciudad funcionarios que sí tienen historia, que sí mostraron y demostraron su capacidad para el trabajo por los vecinos, que poseen importantes antecedentes del trabajo hacia los problemas de los habitantes, aunque de importante sólo sea para los que se beneficiaron con la limpieza de los patios, de los fondos de su terreno o de sus cordones cunetas. Les pido un último esfuerzo, y es el de extraer de los comentarios de los editoriales sobre Roquel y Cantín, de lo que se desprenden algo en común también, como es la de la edad, de haber cumplido un ciclo y la necesidad de dar por ello un paso al costado, salvando las diferencias sobre sus acciones políticas y de militancia. Porque sean adultos mayores no es necesario “tirarlos por la ventana”, por lo menos a uno de ellos, solo tener en cuenta el llamado recambio generacional, sistema que le hace bien a un gobierno, a una sociedad y a una población. Este recambio generacional debe darse indefectiblemente, deben asumir gente nueva, gente joven, con la suficiente fuerza, voluntad, coraje y predisposición que han demostrado en su vida pública. Todo lo dicho y cuestionado en los editoriales anteriores se podría resumir con sólo dos palabras, por lo menos hasta aquí, y son la primera “militancia” y la segunda “juventud”. Pero, estas dos palabras, ¿en qué funcionarios las encontramos?. Respondo sin dudas y a costa de parecer autosuficiente: miremos al Concejo Deliberante local, miremos los concejales que hace mucho tiempo trabajan para el vecino, miremos todo lo hecho por ellos, sea tanto de carácter legislativo como muchas veces ejecutivo, miremos su presencia, su coraje, su preocupación constante en hacerse cargo de los dichos y hechos, pero por sobre todo la constante intención de “poner el pecho” en muchas decisiones de carácter político que se les plantearon. Tanto los radicales como los justicialistas tienen un representante que reúne las características que hasta ahora planteamos. La Unión Cívica Radical tiene este referente en el Concejal Pablo Fadul, mientras que el Justicialismo tiene como bandera de trabajo y preocupación constante por el bienestar de los vecinos al Concejal Pablo Grasso, Presidente del cuerpo legislativo que nos ocupa. Seguramente que existen varios muchachos de la boina blanca que no lo quieren a Fadul, como también existen compañeros justicialistas que no desean que Pablo Grasso tenga más cualidades positivas que negativas y por ello no están de acuerdo. Pero lo que sí es seguro, amigos lectores, que si los dos concejales se presentarían en cargos electivos, vamos a poder elegir entre ellos al que nos parezca mejor, ya que los conocemos y no son impuestos a dedo ni caídos de algún lugar de nuestro mundo como candidato a algo. Queda mucho por decir, queda mucho por analizar, pero tenemos tiempo, tenemos tiempo de pensar y también de exigir que nuestros candidatos sean los que quiere el pueblo, los que queremos nosotros, los que desea la ciudadanía que es en última instancia la que elegirá. Hasta luego, amigos, nos vemos en la próxima.
Viernes, 24 de abril de 2015
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