Rpidamente Racing empez a despejar incgnitas luego del azaroso 1 a 1 de la ida en Montevideo, cuando ya a los 15 minutos el retornado Washington Camacho puso la primera ventaja con un ajustado remate de derecha.
De all en adelante la tranquilidad gan no solamente a los de adentro sino tambin a los de afuera, que vivieron el resto de la jornada a puro festejo, mientras los dirigidos por Diego Cocca no cejaban en la bsqueda de la segunda conquista para aventar cualquier atisbo de recuperacin de su rival.
Y para cuando Wanderers iba por la paridad apareca el despliegue de Francisco Cerro en el medio y la solvencia de Luciano Lollo en el fondo para que Sebastin Saja no pasara zozobras.
Mientras que en ataque Diego Milito se exprimi totalmente en esos primeros y decisivos 45 minutos iniciales, jugando para sus compaeros tanto como abriendo grietas en el fondo del conjunto uruguayo para la llegada de los volantes.
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Hasta que a los 39 minutos Cerro se convirti en asistidor y encontr a un Gustavo Bou nuevamente inspirado, que tras un regate corto que desair a Gastn Bueno sac un latigazo bajo de derecha que se filtr junto al palo izquierdo del arco defendido por Leonardo Burin.
Dos goles de ventaja y todo prematuramente resuelto antes de irse al vestuario por primera vez.
El segundo perodo pareca destinado a una celebracin constante, alguna dedicatoria perdida para el clsico rival, Independiente, con el que se vern las caras recin dentro de 10 das, y un cuidado especial para algunos jugadores pensando en el viaje del prximo jueves a Paraguay para enfrentar en la ida de cuartos a Guaran.
Y todo esto se fue cumpliendo sistemticamente en ese segundo tramo final, ya que a los 12 minutos Cerro le dej su lugar a Nelson Acevedo y a los 23 Milito se llev una emocionante ovacin de su gente cuando para preservarlo ingres Brian Fernndez.
Mientras todo esto ocurra, Racing era amo y seor del partido, sin inquietarse defensivamente por Lollo fue inexpugnable durante los 90 minutos y Ezequiel Videla trabajaba a destajo despus de la salida de Cerro, ya que Acevedo estaba ms para el primer pase que su reemplazado.
Pero tanta relajacin a veces puede traer consecuencias, como por ejemplo una inoportuna falta cerca del rea que le permiti al zaguero central Maximiliano Olivera lucir su magnfica pegada de zurda para alcanzar el descuento.
Iban 44 minutos del perodo final y un gol ms de los uruguayos les daba la clasificacin (la ida fue 1 a 1), por lo que el descuento se jug inesperadamente a puro sufrimiento, hasta que el pitazo final del colombiano Wilmar Roldn le devolvi el alma al cuerpo a los hinchas "acadmicos" y sirvi, al fin y al cabo, para que el eplogo fuera a pura euforia y no en el prolongado letargo con que se vivi esa segunda etapa.