Tras 50 días de una intensa y sostenida batalla, la lucha de 26 trabajadores de salud suspendidos en Santa Cruz culminó con una significativa victoria: todos fueron reincorporados a sus puestos de trabajo. Esta resolución no solo representa un alivio para las familias afectadas, sino que es celebrada por el sector sindical como un claro triunfo contra un "gobierno que ajusta y criminaliza la protesta social".

El conflicto se desencadenó inicialmente por el manejo arbitrario y discrecional de las horas extras, una problemática que los trabajadores denunciaron como un método de presión y disciplinamiento laboral. Sin embargo, la protesta rápidamente escaló, poniendo en evidencia un reclamo de fondo mucho más profundo.

La lucha que demostró la crisis salarial
Según referentes gremiales, la suspensión de los 26 trabajadores y su posterior resistencia forzaron a la agenda pública a debatir sobre la necesidad urgente de reapertura de paritarias y una recomposición salarial inmediata.

"Esta lucha demostró que el conflicto por las horas extras era solo la punta del iceberg. Lo que está en juego es el poder adquisitivo del salario y el reconocimiento a la labor esencial que cumplen los trabajadores de salud," expresaron los voceros sindicales.

La movilización, que se extendió durante casi dos meses, logró exponer la fragilidad económica que atraviesa el personal esencial, incluso en una provincia con recursos.

"Luchar Sirve": Un Mensaje a los trabajadores
La reincorporación sin sanciones de los 26 profesionales es interpretada por los movimientos sociales y sindicales como una clara derrota para las políticas de ajuste y persecución implementadas desde el Ejecutivo provincial.

"Después de 50 días de lucha, demostraron que luchar sirve," fue el mensaje contundente que circuló entre los manifestantes. Este lema busca alentar a otros sectores a resistir las políticas económicas que precarizan las condiciones laborales.

El sector gremial emitió un fuerte mensaje final, instando a la ciudadanía a dejar de "bancar gobiernos patronales y perseguidores de trabajadores", marcando una posición de firme oposición a las políticas que criminalizan el derecho a la protesta como herramienta legítima de reclamo.

A pesar de la reincorporación, los gremios advierten que la lucha por la recomposición salarial continúa, reafirmando el compromiso de defender los derechos laborales ante cualquier intento de ajuste.