"Jugar de extremo derecho es algo relativamente nuevo para mi, porque en los primeros tiempos en Barcelona lo hacía de interior por ese lado, pero si le conviene al equipo no tengo problemas en adaptarme", le confesó Messi a los pocos periodistas argentinos que están cubriendo la gira del equipo nacional por Inglaterra.

"Lo importante es que el equipo siga creciendo y las cosas nos salgan bien", remarcó el rosarino mientras a metros del lugar varios adolescentes ingleses se desgañitaban gritándole su emoción al verlo.

Es que fue llamativo en la noche de West Ham ver los alaridos de admiración de los aficionados ingleses para con él, cuya filiación es argentina y española, pero no tiene patrones de referencia en estas tierras.

"La gente gritó por mi, pero no me sorprendió tanto como que lo hicieran también por Argentina", advirtió con modestia.

"Lo que si no me asombró fue cómo ovacionaban a (Carlos) Tevez, porque todos sabemos que acá lo quieren mucho", puntualizó.

Es que esta noche fue de felicidad para todos, y también de reencuentros. De Tevez con la selección, de Messi con otro gol para seguir acercándose al record de Gabriel Batistuta con la camiseta argentina, y algo no menor, de ellos entre sí.