COLUMNA EDITORIAL
ODIAR ES BUENO PARA ALGUNOS
Hola, queridos lectores, ¿Les puedo preguntar si ya odiaron hoy? Porque no importa el objeto de su odio, sino que odie y lo importante aquí y ahora es simplemente odiar. Siempre vamos a encontrar alguien a quien odiar, como puede ser…
...odiarse a sí mismo, odiarse cuando se levantan a la mañana, se miran al espejo y piensan que odian su vida, su cara, el día de trabajo que se viene, la semana o el mes, pero el verdadero destino de su odio es a sí mismo, a uno mismo, por ser lo que es y lo que representa su vida para usted y para los demás. Pero también puede ser ese destino algún integrante de su familia, al odiar a su hermano porque le va mejor que a usted, porque siempre fue el hijo preferido de sus padres, o porque es mucho más joven, simpático y entrador. Puede también odiar a sus padres por haberlo criado de la manera que lo hicieron, o pueden destinar ese sentimiento hacia sus cuñados, tíos o sobrinos. Si nos centramos en el ámbito laboral, este odio se puede hacer mucho más fuerte, y dirigido a su trabajo porque es una porquería, a sus jefes porque no saben tratar a los empleados que le dependen, a sus compañeros por chupamedias de los anteriores o simplemente a la gran cantidad de horas que tiene que estar sentado y paveando con la computadora. No podemos olvidar el odio por motivos políticos ya que tanto recordamos esa famosa frase de “odio a la puta oligarquía” como el odio al imperialismo, a los radicales, a los peronistas o a los “zurdos”. Los motivos sociales, religiosos, raciales o deportivos también tienen personas que los odian, mejor dicho odio hacia los sindicalistas porque no sirven para nada, a los políticos porque no solucionan los problemas de la gente, a los funcionarios que solamente se dedican a llenarse los bolsillos, a los de Boca, a los de River, a los judíos o a los negros en todas sus acepciones. A esta altura tenemos que recordar que para que el odio no se marchite, para que no se evapore y desaparezca, hay que alimentarlo todos los días, hay que expresarlo por todos los medios que se pueda, repetirlo constantemente y a lo largo de todos los días. No podemos permitir que este odio se pierda, motivo por el cual tenemos que guardarlo en algún lugar seguro, que no se nos escape, y ese lugar puede ser dentro de nuestro cuerpo, como pueden ser los pulmones, el cerebro, los intestinos, los ovarios, las próstata o los huesos, por decir algunos, toda vez que pueden existir muchos otros sitios del cuerpo humano. Claro, aquí viene lo bueno, y lo bueno está que si lo guardáramos así, un grupo muy importante de gente se va a ver favorecida, porque esta gente tiene familia, tiene que ganarse la vida, tiene que vivir dignamente y tiene que tener mucho trabajo, y estamos hablando de los médicos, los enfermeros, los técnicos de laboratorio, en fin todos aquellos profesionales del rubro de la salud que vamos a tener que visitar por los males que nos aquejan por guardar tanto tiempo odio hacia los demás. Hasta la próxima, lectores, y espero haber colaborado para su bienestar.
Sábado, 29 de noviembre de 2014
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