El accidente de montaña que cobró la vida Jean Philippe Auclair (canadiense) y Carl Andreas Fransson (sueco) se produjo el mismo día en que registró otra avalancha en el cerro Vespignani, próximo a la localidad de El Chaltén y matara a una estadounidense Elizabeth Devon Daley, cuando practicaba snowboard.
El cuerpo de la mujer fue recuperado al día siguiente, pero los de los hombres aún no pudieron ser encontrados a pesar que inicialmente fueron divisados por la tripulación de un helicóptero que aportó un organismo de Chile en razón que el lugar de la tragedia es cercana al límite internacional.
“Según los datos que disponemos, cayeron en una zona de glaciares de muy difícil acceso y demás cayó algo de nieve”, dijo al diario La Opinión Austral un vocero de los grupos afectados a la búsqueda.
La misma está a cargo de un equipo de gendarmes que componen la tripulación de un helicóptero con asiento en Río Gallegos y efectivos de alta montaña del Escuadrón 42 de El Calafate.
Con base en la zona de Lago Posadas, los gendarmes informan desde allí que a diario realizan sobrevuelos, pero que no logran divisar los cuerpos ni ningún indicio de ellos.
Incluso barajan la posibilidad que, en caso de ser detectados en una zona de glaciares, será difícil posarse con el helicóptero, por lo cual se debería buscar un sitio seguro para desde allí enviar a un equipo de rescatistas a pie, siempre y cuando el operativo no implique poner en peligro sus vidas.

“PAGARE UN PRECIO”
En tanto, los dos compañeros de los accidentados, Bjarne Salen y Daniel Ronnbak, esperan novedades en la zona, junto a la novia de Fransson.
Los cuatro habían subido al cerro San Lorenzo por el lado chileno. Su actividad era la que desarrollaban habitualmente: escalar y luego descender esquiando cerros conocidos mundialmente por sus dificultades extremas.
Salen y Ronnbak son esquiadores y realizadores de cine y estaban filmando la tarea de Fransson y Auclair en el cerro patagónico, cuando una avalancha arrastró a los dos esquiadores extremos hacia el lado argentino.
Un año atrás, Auclair y Fransson habían difundido por redes sociales un video de ocho minutos denominado “Happy Winter”, el cual muestra ascensos y descensos en condiciones extremas. Antes habían hecho lo mismo en la aguja Poincenot de la zona de El Chaltén.
“Amo la montaña porque me obliga a aprender las lecciones que tengo que aprender. Si no quiero aprender a leer las señales, a escuchar, a sentir y a ser humilde, pagaré un precio. Algunas veces no quise aprender y tuve que pagar por ello de muchas maneras”, había expresado Fransson en su última película. (El patagónico)